Venas varices
Las venas varices se pueden presentar por diferentes motivos como permanecer mucho tiempo de pie o sentado. | Foto: Bildagentur-online/Universal Ima

SALUD

Venas várices: ¿por qué aparecen y cómo tratarlas con ejercicio físico?

La edad, los antecedentes familiares y el embarazo pueden incidir para que se presente esta problemática de salud. Así puede prevenirlo.

11 de agosto de 2021

Si bien para muchas personas puede tratarse solo de un problema estético, para otras se puede convertir en un auténtico calvario que complica su vida diaria.

Las venas varicosas son venas retorcidas y agrandadas. Cualquier vena superficial puede volverse varicosa; sin embargo, las venas afectadas con mayor frecuencia son las de las piernas. De acuerdo con información de la Clínica de Mayo, esto se debe a que estar de pie durante mucho tiempo y caminar con una postura erguida aumenta la presión en las venas de la parte inferior del cuerpo.

No se trata de un tema solo estético. La acumulación de inflamación de las venas en las piernas, puede producir cansancio y pesadez a quien las sufre. De igual forma, se puede presentar ardor, pulsación, calambres musculares e hinchazón, lo que puede empeorar después de estar sentado o de pie durante mucho tiempo. Además se puede presentar decoloración de la piel alrededor de una vena varicosa.

Las várices tienen un color color azul o violeta oscuro, y tienden a producir inflamaciones visibles que se pueden notar a simple vista. Pero en muchas otras ocasiones, también puede ser invisibles. Ya que se pueden encontrar enterradas en el tejido cutáneo.

Factores de riesgo

Hay algunos factores de riesgo que pueden incrementar las posibilidades de que una persona sufra de este quebranto de salud. El envejecimiento, por ejemplo, causa desgaste natural de las válvulas en las venas que ayudan a regular el flujo sanguíneo. Finalmente, ese desgaste hace que las válvulas permitan que la sangre fluya de nuevo a las venas, donde se acumula en lugar de fluir hasta el corazón.

Las mujeres tienen más probabilidades de padecer la enfermedad. Los cambios hormonales durante la menstruación o el embarazo o la menopausia pueden ser un factor, debido a que las hormonas femeninas tienden a relajar las paredes de las venas.

Los cambios hormonales durante el embarazo también pueden jugar un papel importante. Los antecedentes familiares, la obesidad y permanecer de pie o sentado durante períodos prolongados pueden también influir en esta problemática.

¿Cómo evitarlas?

Para evitar sufrir esta molesta afección en el futuro, es posible realizar algunos ejercicios que van a ayudar a que la sangre circule de manera más fluida por las venas. Sin embargo, lo primero que debe hacerse es consultar al médico cuál puede ser el mejor tratamiento, ya que no todas las personas las sufren de la misma manera.

Según información del Grupo Gamma, los ejercicios ideales son las actividades aeróbicas: spinning, trotar o caminar, al igual que bailar. El aeróbico necesita de la respiración y tiene como objetivo conseguir mayor resistencia.

Según los expertos, al aumentar la actividad cardíaca con mayor y más frecuente bombeo del corazón, se mejora la distribución de sangre de los capilares y abre ramales arteriales mejorando no solo la presión arterial sino también la “Vis a Tergo” (fuerza que viene de atrás) que es el remanente de la fuerza impulsora de las arterias que llega a las arteriolas, vénulas y finalmente a las venas, impulsando la sangre de retorno al corazón.

Ambos factores son fuerzas impulsoras del retorno venoso, disminuyen la hipertensión venosa, previene la aparición de várices y mejoran los síntomas de edemas, dolor y calambres en las piernas.

Caminar: esta actividad conjuga todos los grupos musculares, sumado a la respiración diafragmática y aumenta la fuerza de retorno venoso al corazón. Durante la exhalación el diafragma sube actuando como una bomba aspirativa de la sangre desde la periferia al corazón, estimulando el retorno venoso. No solo el diafragma actúa colaborando sino también la zona media o costal, y los músculos de la zona superior o clavicular.

La contracción y relajación de los músculos gemelos en las pantorrillas al caminar o trotar, es el mayor factor de retorno venoso llamado “Bomba musculo Articular de la Pantorrilla”, o “Corazón Periférico”, según información del Grupo Gamma.

Pedalear en el aire también puede ayudar. Acostarse en el suelo y elevar las piernas realizando movimientos, funciona. Esto permite que la circulación de la sangre comience a fluir y se presente menos hinchazón en esa zona.

MedlinePlus también recomienda elevar las piernas sobre una almohada cuando esté descansando o durmiendo. También es aconsejable elevarlas por encima del nivel del corazón 3 o 4 veces al día durante 15 minutos cada vez.

Mantener la piel bien humectada también ayuda a conservarla saludable. Los especialistas no recomiendan usar antibióticos tópicos, como neomicina; lociones de secado, ni otras cremas que insensibilizan la piel.