Enfoque Nacional
Diez pueblos pesebre de Colombia que lo harán sentirse en Belén
Hicimos un recuento de algunos de los sitios turísticos más atractivos para visitar en diciembre. Todos tienen una particularidad: su arquitectura y sus paisajes se asemejan a la tradicional maqueta navideña.
Según el reporte de las principales terminales de Colombia al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en diciembre de 2017, más de seis millones de turistas recorrieron el país en el transporte público. Eso sin contar los viajeros que se desplazan en carro particular y en avión durante el último mes del año. Una particularidad de estas cifras es que los pueblos cercanos a las grandes ciudades son algunos de los principales destinos, especialmente los que conservan arquitectura colonial y se toman en serio la instalación de alumbrados navideños durante esta época. A muchos de esos lugares se los conoce como ‘pueblitos pesebre’, municipios muy concurridos por esta época y que ya son parte del plan decembrino de cientos de miles de colombianos.
En SEMANA RURAL hicimos un listado de los diez pueblos recomendados para escaparse de la urbe, vivir un fin de año original y hasta sentirse parte del pesebre de Belén.
« Haga clic para ver la ubicación de los pueblos pesebres de Colombia.
1. OIBA (Santander)
Este municipio está sobre la vía Bucaramanga - Bogotá, al sur de Santander, es reconocido originalmente como el ‘pueblito pesebre de Colombia’ y tiene fama por El Festival de la Miel que se celebra del 14 al 18 de enero.
Este monumento del parque principal de Oiba reconoce personalidades que representaron al pueblo a través de la historia. © ANGELICA PATRICIA CASTELLANOS
¿Qué hacer allí?
La iglesia de piedra de San Miguel, museos y artesanías de caolín (barro blanco) son los grandes atractivos de este pueblo santandereano. Los planes ecológicos también hacen parte de la agenda de Oiba: se recomienda visitar las cascadas de Chaguatá, ubicadas a 5 kilómetros del casco urbano; el recorrido puede hacerse en carro, bicicleta o caminando. El municipio también es reconocido por Las Pilas y el Pozo del Indio, donde se disfruta de pocetas de agua natural y por el río Oibita donde se puede hacer balsaje.
¿Cómo llegar?
Oiba está a tres horas de Bucaramanga. Para visitarlo, se toma la vía Aratoca - Piedecuesta y luego San Gil - Piedecuesta. Desde la terminal de Bucaramanga salen buses hacia este municipio por 25 mil pesos.
¿Dónde dormir?
Hay hospedaje en casas campestres y coloniales desde 70 mil pesos la noche.
2. MONGUÍ (Boyacá)
Si por algo se destacan los municipios boyacenses es por su riqueza cultural, paisajes, tierras fértiles y la amabilidad de su gente. Monguí, en la provincia de Sugamuxi al Oriente del departamento, reúne esas características que, sumadas a sus atractivos coloniales, lo convierten en Pueblo Patrimonio y, dicen sus habitantes, ‘el pueblo más lindo de Boyacá’.
Llegar a Monguí es como detenerse en el tiempo: casas en adobe, ruanas típicas de la región, edificaciones coloniales e historia.
Monguí está rodeado de casas coloniales y estructuras en adobe. © SANTIAGO SUÁREZ
¿Qué hacer allí?
En el pueblo se recomienda recorrer el Centro colonial para entender la historia del país a través de la arquitectura, comprar ruanas y balones, pues este municipio también es famoso por ser la cuna de la industria de balones cosidos a mano.
El Puente de Calicanto es otro atractivo, esta particular estructura se construyó a base de calicanto: mezcla de cal, arena, sangre de res y melaza. Por ahí pasaron las piedras con las que se construyó la Basílica de Nuestra Señora de Monguí, entre 1694 y 1760, considerada hoy como ‘tesoro arquitectónico de Latinoamérica’.
Además de revivir la época colonial, en esta iglesia se realizan las festividades navideñas del pueblo y a su alrededor hay comparsas de aguinaldos en las que los habitantes se disfrazan de personajes alusivos a la fecha y desfilan por las calles.
Para planes ecológicos está el Páramo de Ocetá, un refugio de jardines de flora, fauna y extensas lagunas para ir a despejar la mente y escribir los propósitos del año nuevo, mientras se respira aire puro y se admira el paisaje.
¿Cómo llegar?
Desde Bogotá hay tres horas y media de trayecto por la vía Bogotá – Tunja hasta encontrarse con la vía Duitama – Sogamoso. Desde Tunja por la vía Tunja – Paipa y luego, Duitama – Sogamoso. El recorrido dura alrededor de dos horas.
¿Dónde dormir?
El centro de Monguí tiene hoteles coloniales donde una noche puede costar 100 mil pesos.
3. VILLA DE LEYVA (Boyacá)
Destino obligado. Este municipio es uno de los favoritos para los visitantes de Boyacá. Además de contar con una arquitectura que gusta mucho entre los fotógrafos, también ofrece planes para toda clase de turistas y para todos los bolsillos en cualquier mes del año. Es famoso por el festival de cometas en agosto y por el de luces en diciembre.
La Plaza Mayor de Villa de Leyva es el epicentro de los eventos culturales que se realizan en el municipio © CORTESÍA GOBERNACIÓN DE BOYACÁ
¿Qué hacer allí?
El 31 de diciembre en Villa de Leyva se ha institucionalizado como el día en el que todos los habitantes y turistas salen a la Plaza Mayor (uno de los atractivos del pueblo) a recibir el año nuevo. Esa noche los protagonistas son los juegos pirotécnicos, la música, los globos de colores y el abrazo de "feliz año" entre conocidos y extraños.
Ir a los viñedos a explorar el proceso de elaboración del vino y brindar por el 2018 también es un buen plan para esta fecha. Aunque Villa de Leyva tiene otras ofertas turísticas: en el pueblo hay casas y museos que relatan la época de la colonia en Colombia, como el museo Casa Antonio Nariño. En temas arqueológicos está el Luis Alberto Cuña y el del Fósil.
Para los fanáticos de lo extremo existe el recorrido por el desierto de La Candelaria en cuatrimoto o en caballo, tomarse fotos y manejar hasta Pozos Azules (pozos artificiales que por el efecto de las sales y minerales del suelo tomó un color particular) es un plan recomendado.
Si les gusta estar en contacto con animales, pueden visitar las granjas, donde es posible desde ordeñar vacas o peluquear ovejas hasta alimentar avestruces.
¿Cómo llegar?
Villa de Leyva está a tres horas de Bogotá. En la terminal del norte de la capital se puede abordar un bus directo por 15 mil pesos. Si se va en carro, se toma la Autopista Norte y luego el Puente de Boyacá, Tunja, y la vía que comunica con Sáchica.
¿Dónde dormir?
Hay hoteles en la zona colonial y en la periferia del pueblo, cuestan unos 100 mil pesos la noche pero también hay hostales y zonas de camping.
4. SANTA CRUZ DE LORICA (Córdoba)
Es un municipio reconocido por el comercio fluvial, diversidad natural y cultural y sus particulares construcciones, como la del Mercado Público, una obra a orillas del río Sinú declarada Monumento Nacional en 1996 y bien de Interés Cultural en el 2000.
Santa Cruz de Lorica está en el norte del departamento de Córdoba, a 60 kilómetros de Montería. Le llaman la Ciudad Antigua y Señorial y es uno de los destinos favoritos de estas fechas por las novenas que se celebran en las parroquias. La Alcaldía y las secretarias se toman estos días para ofrecer un plan original para las familias y los visitantes.
El Sinú es el tercer río más importante del país, después del Magdalena y el Cauca. © CAMILO GEORGE JIMENO
¿Qué hacer allí?
Recorrer el centro histórico del municipio es un buen comienzo para conocer antiguas edificaciones de este destino, como la del Mercado de Santa Cruz de Lorica, que transporta a sus visitantes a las épocas en las que el pueblo era uno de los puertos más prósperos de Colombia. Allí encuentran platos típicos de la región como bocachico, sancocho de pescado y arroz con coco.
La iglesia Santa Cruz de Lorica, los murales en cerámica creados por el artista plástico Adrián Ríos Sossa, entre otros monumentos culturales, deben incluirse en esta visita.
¿Cómo llegar?
Desde Montería se puede viajar en carro, bus o taxi, el recorrido dura dos horas y cuesta 10 mil pesos.
¿Dónde dormir?
Por 60 mil pesos se pueden encontrar hoteles cómodos y bonitos.
5. JARDÍN (Antioquia)
Dicen que este municipio, al suroeste del departamento, está el ‘pueblo más bonito de Antioquia’. Un destino que vale la pena visitar por sus paisajes, casas de colores adornadas con flores y memoria histórica. En Fin de Año se caracteriza por el alumbrado navideño de las casas y de la iglesia principal.
La Basílica menor de la inmaculada Concepción se construyó en piedra a mano. © DAVID ESTRADA LARRATEÑA
¿Qué hacer allí?
Hay dos cables aéreos para divisar el pueblo, uno es artesanal. Los campesinos de la zona lo usan para desplazarse entre veredas y el otro es más tecnológico y turístico. A 10 kms. del pueblo, en lo más alto de las montañas, está La Cueva del Esplendor, una cascada que baja a un pozo de agua, ideal para darse un chapuzón.
Otros espacios naturales para disfrutar del municipio son Jardín de Rocas, donde se puede ver al ‘gallito de roca’, un ave peruana que en la abunda en esa región. Además, se puede ir hasta charco corazón y las cascadas del amor. Para los amantes de las casas coloniales está el centro histórico y la Basílica Menor de La Inmaculada Concepción, un templo en piedra construido a mano.
Para los que disfrutan de la cultura cafetera están los tours por fincas productoras de la región. El pueblo tiene terrazas en cada esquina para sentarse a tomar una taza de café.
¿Cómo llegar?
Jardín está a tres horas de Medellín. Para llegar allí, se toma la vía Amagá - Caldas, luego, Titiribí - Amagá y Titiribí - Bolombolo, después, la carretera 60 hacia Remolino-Hispania en Ciudad Bolívar y por último la vía Andes - Jardín. También se puede abordar un bus en la terminal de Medellín, cuesta 25 mil pesos.
¿Dónde dormir?
Hay muchas opciones de hospedaje: hoteles tradicionales y rurales, hostales y posadas familiares desde 45 mil pesos la noche.
6. SALENTO (Quindío)
Este es otro de los municipios que se destaca por las casas coloridas y su paisaje tipo pesebre. Su arquitectura lo convirtió en Pueblo Patrimonio de Colombia, por eso es tal vez el pueblo más visitado del Quindío. Por tradición, los turistas llegan a Salento para recibir el Fin de Año en las fincas cafeteras y apreciar el alumbrado navideño que adorna las casas coloniales.
Los balcones coloridos de Salento son oficinas de la Alcaldía, restaurantes y oficinas. © VÍCTOR GALEANO
¿Qué hacer allí?
Visitar el maravilloso Valle del Cocora para fotografiar las palmas de cera (árbol nacional de Colombia) de más de 50 metros. En el pueblo, se recomienda pasear por la Calle Real adornada por balcones de colores e ir a los miradores de Salento para disfrutar de la brisa y apreciar el paisaje de las fincas quindianas.
¿Cómo llegar?
Se toma la vía que conecta a Armenia con Pereira, haciendo el desvío a la derecha en el km 17, hasta encontrar Salento. Este recorrido dura 45 minutos. El pasaje del bus cuesta 7 mil pesos.
¿Dónde dormir?
La oferta hotelera es diversa, hay hospedaje desde 115 mil pesos.
7. IZA (Boyacá)
Este pintoresco pueblo al oriente de Boyacá es famoso por celebrar el Aguinaldo Izano cada 24 de diciembre, además, el desfile de muñecos de año viejo el 31. Visitarlo en esta época es una experiencia redonda, porque también hay comparsas navideñas en el parque central del pueblo.
Iza es un paso obligado para llegar a la Laguna de Tota, que está apenas a 36 minutos del pueblo. © SANTIAGO ESCOBAR JARAMILLO
¿Qué hacer allí?
Iza es conocido como el ‘nido verde de Boyacá’, acudir a su centro histórico y perderse entre los frondosos árboles que lo rodean hace parte de la experiencia en este pueblo boyacense. El parque tiene troncos tallados de más de 150 años y un pesebre en tamaño real. Dicen que en estos bosques se alojaron indígenas muiscas para restaurar el cuerpo y el alma, y que la energía se conserva en su gente y en el ambiente.
Quien va a Iza no puede dejar de pasar por la Calle del Dulce y probar el esponjado de maracuyá, la cuajada con melado, el merengón y el arequipe con brevas. Esta calle fue destinada para los comerciantes de postres que ganaron reconocimiento a nivel nacional e internacional.
Para sacarle mayor provecho al viaje está la laguna natural más grande de Colombia y la tercera en América, la Laguna de Tota, un paraíso apenas a 36 minutos del municipio.
¿Cómo llegar?
Desde Bogotá hay tres horas hasta Iza, y desde Tunja una hora y media. Para llegar se toma la vía Tunja – Paipa, luego, Paipa – Duitama, Tibasosa – Sogamoso, hasta encontrarse con la carretera Pesca – Sogamozo. El pasaje en bus cuesta 6 mil.
¿Dónde dormir?
Hay hoteles en el pueblo y en la periferia desde 60 mil pesos la noche.
8. BARICHARA (Santander)
Barichara es reconocido como el ‘pueblo más bonito de Colombia’ por sus calles empedradas, sus casas blancas coloniales y su iglesia. Sus planes de turismo ecológico, de aventura y cultural lo hacen una alterntiva a los tradicionales paseos por los alumbrados de las ciudades.
La iglesia de la Inmaculada Concepción es el epicentro anual de las fiestas navideñas © KAREN SALAMANCA
¿Qué hacer allí?
La arquitectura colonial de Barichara se conserva intacta. Los planes obligados son visitar sus capillas, tomarse fotos frente a las casas pintadas de blanco, visitar el monumento a la Hormiga Culona (manjar típico santandereano), ir al Parque de las Artes Jorge Delgado Sierra y al cementerio, que destaca por su diseño y por ser uno de los más visitados en Colombia.
¿Cómo llegar?
A tres horas de Bucaramanga está Barichara. De la terminal salen buses hasta San Gil por 18 mil pesos el trayecto.
¿Dónde dormir?
Barichara tiene hoteles y hostales desde los 25 mil pesos.
9. USIACURÍ (Atlántico)
Es catalogado como el ‘pesebre del atlántico’ porque sus bosques, jardines, manantiales y arroyos, le dan ese aspecto. Es preferido por los turistas para ir a los termales cuyas propiedades, dicen, sanan enfermedades.
Uno de los grandes motores económicos del pueblo son las artesanías de palma de iraca. © JUAN CARLOS SIERRA
¿Qué hacer allí?
Pasearse por los adoquines de colores que conducen al centro del municipio para observar la iglesia de Santo Domingo de Guzmán, que tiene unas escaleras rodeadas de palmeras y corales para alcanzar la cúspide del templo. El plan ecológico es más amplio, hay diferentes senderos con manantiales para tomar un baño medicinal.
Este pueblo se destaca por las artesanías en palma de iraca; canastos y sillas de iraca son los objetos que más adquieren los turistas al visitar Usiacurí.
¿Cómo llegar?
Desde Barranquilla se toma la vía La Cordialidad hasta un poco más allá de Baranoa. El recorrido dura alrededor de una hora y cuarenta. El pasaje de bus (llamado Usiacurí) cuesta 5 mil pesos el trayecto.
¿Dónde dormir?
Hay hoteles desde 45 mil pesos en el pueblo.
10. FILANDIA (Quindío)
Este es uno de los pueblos preferidos por los turistas en Navidad y Fin de Año por la tranquilidad y la belleza de sus casas. Muchos de sus habitantes son cultivadores de café, producto estrella de la región, por lo que además de apreciar la infraestructura, se puede ir a tomar un buen tinto.
En 2018 Filandia obtuvo el primer puesto en el Índice de Competitividad Turística Regional de Colombia. © JUAN CARLOS SIERRA
¿Qué hacer allí?
Visitar la plaza principal para escuchar las tertulias con los campesinos cafeteros, asistir a la Novenas de aguinaldos en la parroquia María Inmaculada. Pasar por la Calle del Tiempo Detenido, por el mirador del Mental y a las afueras del pueblo por el Mirador Colina Iluminada del Quindío, una construcción de 27 metros de alto para divisar los paisajes quindianos.
También se recomienda ir a las reservas naturales de Bremen y Barbas para fotografiar los paisajes y si se cuenta con suerte, toparse con monos aulladores.
¿Cómo llegar?
Desde la terminal de Armenia hay transporte a Filandia desde 4 mil pesos.
¿Dónde dormir?
Hay hoteles para todos los bolsillos y gustos, la oferta es cada vez más amplia. Se encuentran desde 50 mil pesos.
Todo el año se piensa en ir a la playa, pero diciembre es un mes en el que vale la pena probar alternativas distintas en turismo como las de los pueblos pesebre (en su mayoría declarados como Pueblos Patrimonio de Colombia), una opción que tiene planes para quienes prefieren la aventura o desean pasar una noche familiar en Navidad y Año Nuevo. Estos territorios están trabajando por mejorar su oferta y hacer de la experiencia del viajero algo que no tenga nada que envidiarle a otros planes como ir al mar.
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