Cundinamarca
El regreso del trueque a la tierra de los muiscas
En medio del confinamiento nacional, varios municipios han rescatado esta práctica ancestral. Lácteos, papa, naranjas, bananos y otros productos se intercambian como ocurría en tiempos pasados.
Los muiscas llamaban Ipsa a los mercados en donde tunebos, panches, sutagaos, muzos y otros grupos indígenas se reunían para intercambiar sus productos. Unos traían mantas de algodón y moyos de sal, otros conchas marinas y plumas de aves exóticas, algunos cargas de coca y alucinógenos como el yopo. Quienes vivían en tierras bajas llevaban el algodón que luego tejían diestros artesanos de las tierras altas. Después de horas o días de viaje, los indígenas se encontraban, hacían los trueques y regresaban con frutos que no crecían en su tierra.
Hoy el trueque forma parte del pasado aborigen del altiplano cundiboyacense. Sin embargo, la pandemia de covid-19 y el confinamiento que vive el país han traído de vuelta esta práctica en varios municipios de Cundinamarca.
Según Viviana Pulido, secretaria de Agricultura de Cundinamarca, estas iniciativas son muy valiosas, en especial en departamentos que son rurales como Boyacá, Huila y Cundinamarca. “La idea -dice Viviana- es invitar a los habitantes a activar sus lazos de solidaridad por medio del trueque. Cualquiera que tenga una huerta puede hacerlo. Las plazas también pueden sumarse, pues es allí donde se comercializan los productos sin intermediarios. Además, los mismos vendedores pueden intercambiar sus alimentos entre sí”.
rreEl primer trueque se acordó en una llamada entre Fredy Hernández, alcalde de Villeta, y Nelson Javier Torres, mandatario de Villapinzón:
-Necesito papa -le dijo Hernández.
-¡Cuánta! -respondió Torres.
-¿Cuánta me puede dar?
-La que necesite, usted sabe que aquí lo que hay es papa en cantidades. ¿Pero yo le doy papa y usted qué me da?
-Pues yo le doy panela -respondió Hernández.
Así, desde lejos y sin apretón de manos, se cerró el trato. Unos días después, un camión con 105 bultos de papa donados por seis cultivadores salió rumbo a Villeta. Mientras tanto, en la dirección contraria, una volqueta con 50 cajas de panela transitaba los 165 kilómetros que separan los dos municipios.
En Ubaté, la capital lechera de Colombia, también le apostaron al trueque para traer productos que escasean en el municipio. Lo primero que hicieron fue enviar derivados lácteos a San Juan de Rioseco, Bituima y Vianí. Luego el alcalde de la población acordó el primer trueque con su par de Útica. Este último municipio envió 1.800 panelas mientras que Ubaté entregó 4.000 yogures que forman parte de 40.000 litros de productos lácteos que donó la empresa Colfrance.
Según el alcalde de Ubaté, Jaime Torres, en estos tiempos un yogurth en Útica ronda los $3.000, un precio que hoy pocos pueden pagar. Por eso, ayudas mutuas, como el trueque, son tan valiosas. “Además -dice Torres- se recupera una costumbre perdida. Hace muchos años Zipaquirá y Ubaté intercambiaban sal por papa, leche y otros productos”.
Torres ya tiene acordados nuevos trueques con Bituima y Mesitas del Colegio. En este último municipio se recolecta banano, plátano, granadilla, limón y naranja para enviarlo el viernes 17 de abril a Ubaté, a cuatro horas de camino, a cambio de productos lácteos. Según el alcalde de Mesitas del Colegio, Andrés los yogures, leche y quesos que reciban se entregarán a campesinos productores como parte de un mercado y a la población más vulnerable del casco urbano y las veredas.
El alcalde de Ubaté, Jaime Torres anunció que también hará trueque con Mesitas del Colegio. © Twitter alcalde Torres
A más de 50 kilómetros de Ubaté, en Sopó, también se sumaron a los trueques. El alcalde de esa población, Miguel Alejandro Rico, contrató a varias mujeres del municipio para confeccionar tapabocas con una tela antifluido que le donaron. El pasado miércoles 14 de abril entregó 600 tapabocas al municipio de Guasca a cambio de 12 bultos de alimentos, entre zanahoria, papa y mazorca.
La gobernación de Cundinamarca ha puesto a disposición de los alcaldes los camiones de la licorera departamental para transportar sin costo los alimentos entre los municipios. En los próximos días se esperan más llamadas entre alcaldes, más camiones yendo y viniendo, más trueques en las tierras fértiles del altiplano.
Sopó intercambió tapabocas con Guasca que entregó maiz, zanahoria y papa. © Cortesía Gobernación de Cundinamarca