Bogotá, Bogotá

¿Cómo garantizar el acceso a la tierra en el campo colombiano?

En la Primera Gran Cumbre Colombia Rural, que se llevará a cabo el próximo 30 de octubre, expertos y analistas concretarán propuestas para que Colombia logre un acceso equitativo y uso eficiente de la tierra. Hablarán del manejo sostenible de los recursos naturales, crecimiento económico, reducción de la pobreza y la desigualdad en las zonas rurales

4 de octubre de 2019
La tierra en Colombia está concentrada en pocas manos, razón por la cual es uno de los países más desiguales del mundo. | Foto: Jhon Barros

Según el Banco Mundial, Colombia está entre los cinco países más desiguales por la tenencia y acceso a la tierra, un título nada ostentoso que afecta principalmente a las zonas rurales del territorio nacional. Mientras que la propiedad de grandes extensiones de tierra sigue concentrándose en pocas manos, la pequeña está fragmentada en un número mayor de personas.

El índice de distribución de la propiedad rural (Gini) en el país es de 0,89, una medida en donde 0 significa total igualdad y 1 plena desigualdad. El año pasado, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) informó que los predios rurales privados del país suman 3,7 millones, los cuales abarcan 61,3 millones de hectáreas y están a nombre de 5,2 millones de propietarios. 

25 por ciento de esos propietarios son los dueños del 95 por ciento del territorio. Un Gini cercano al 90 por ciento indica que la mayoría de la tierra rural está concentrada en pocas personas, una desigualdad desmesurada”, dijo el IGAC en su momento.
 

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Más de 800.000 hogares rurales nunca han tenido tierra, según estudios de Fedesarrollo. ©Jhon Barros

«Aproximadamente 806.622 hogares rurales, equivalentes al 53 por ciento de los que se dedican a actividades agropecuarias, nunca han tenido tierra»

Estudios de Fedesarrollo en 2017
 

Por su parte, el DNP apuntó que 63 por ciento de los predios del país son microfundios con menos de tres hectáreas. La Oxfam, confederación internacional que realiza labores humanitarias en 90 países, evidenció que la alta concentración de la propiedad de rural viene de atrás: en 1984 el Gini era de 0,83.

Los problemas de la tierra no se limitan a la desiguladad de la propiedad. La informalidad de la tenencia es otra de las dificultades en la ruralidad colombiana. Estudios de Fedesarrollo en 2017 afirman que aproximadamente 806.622 hogares rurales, equivalentes al 53 por ciento de los que se dedican a actividades agropecuarias, nunca han tenido tierra

El DNP encontró que solo 6 por ciento de los municipios colombianos cuenta con una formalidad de la tierra en más del 75 por ciento de los predios, mientras que el IGAC apunta que 28 por ciento del territorio nacional no tiene información catastral y 63,9 por ciento lo tiene pero desacctualizado.

El uso del suelo no se queda atrás. Mientras que hay cerca de 15 millones de hectáreas aptas para ganadería, esta actividad está presente en más de 34 millones de hectáreas. En la agricultura ocurre todo lo contrario: 22 millones de hectáreas con capacidad para cultivar y solo seis millones destinadas para dicho uso. 

La sumatoria de todos estos factores arroja un complejo acceso a la tierra en Colombia, el cual se ha dado a través de diversas formas de tenencia que reflejan herencias coloniales, la debilidad del Estado en la adjudicación y la administración de predios, y múltiples intereses particulares detrás de las principales actividades económicas. En resumidas cuentas, la ocupación de la tierra siempre ha sido desordenada y sin mayor control o planeación por parte del gobierno.
 

Canal para el desarrollo rural

Paula Acosta, gerente de la Unidad de Innovación Social de SEMANA, manifestó que el acceso a la tierra en Colombia todavía encuentra trabas históricas derivadas del conflicto en Colombia, un panorama afectado por el incremento de cultivos ilícitos en el país. “Estamos entre los países más desiguales en distribución de la tierra: 1 por ciento de las fincas de mayor tamaño tiene en su poder 81 por ciento de la tierra colombiana”.

Ante esto, y con miras a unir diferentes fuerzas para que la desigualdad, la tenencia y el uso inadecuado del suelo no sigan perjudicando el campo colombiano, la Primera Gran Cumbre Colombia Rural, que se llevará a cabo el próximo 30 de octubre, contará con grandes expertos y analistas que abordarán los retos que necesita el país para consolidar propuestas para un acceso y uso de la tierra adecuados.

“Esta cumbre servirá como un canal de propuestas y debates que permitan mejorar el desarrollo rural colombiano. El ideal es que diversos actores, sin importar su color político, contribuyan a generar acciones concretas para lograr un aprovechamiento eficiente, manejo sostenible de los recursos naturales, crecimiento económico y reducción de la pobreza y desigualdad en las zonas rurales”, apuntó Acosta.
 

«Estamos entre los países más desiguales en distribución de la tierra: 1 por ciento de las fincas de mayor tamaño tiene en su poder 81 por ciento de la tierra colombiana»

Paula Acosta, gerente de la Unidad de Innovación Social de SEMANA
 

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Colombia desaprovecha su potencial agrícola: de 22 millones de hectáreas con capacidad para cultivar y solo seis millones son destinadas para tal fin. ©Jhon Barros 

El panel ¿Cómo acceder a la tierra en Colombia?, moderado por Diego Bautista, consultor y coordinador de la plataforma Diálogos Improbables, contará con las voces de Jorge Muñoz, gerente de la unidad global de tierras y análisis geoespacial del Banco Mundial; Jorge Enrique Robledo, senador del Polo Democrático Alternativo; José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán; Francisco Gutiérrez, director del observatorio de restitución y regulación de derechos de propiedad agraria de la Universidad Nacional; Myriam Martínez, directora de la Agencia Nacional de Tierras; Juan Camilo Restrepo, ex ministro de agricultura; y Carlos Enrique Moreno, consejero presidencial. 

Los expertos también debatirán sobre la frontera agropecuaria, 40 millones de hectáreas delimitadas que corresponden al 35 por ciento del área continental del país. “Según DNP, el uso del suelo ha presentado un cambio importante a favor de la tierra dedicada a actividades agropecuarias, es decir que no se ha dado un cierre de la frontera y existe un detrimento de las zonas de vocación ambiental. Hay que discutir el ordenamiento ambiental del territorio y su prioridad sobre las actividades productivas”, anotó Acosta.

La discusión del panel sobre acceso a la tierra girará en torno a definir los incentivos requeridos para asegurar que el ordenamiento ambiental prime sobre el productivo, los sitios donde deben concentrarse los procesos de formalización de la tenencia y uso de la tierra, los avances en la titulación, los cambios normativos para generar incentivos de desarrollo y el rol de las comunidades y autoridades locales en la actualización catastral.