Los cabildos de Toribio, Tacueyó y San Francisco son pioneros en la creación de sistemas de autofinanciamiento dentro de las comunidades indígenas | Foto: Usaid

Cauca

Indígenas del Cauca crearon su propia banca

Ante la dificultad para acceder a la banca tradicional, la comunidad nasa creó su propio sistema de autofinanciamiento para impulsar sus proyectos. Ya van cerca de 4 mil créditos por unos 11 mil millones de pesos

1 de noviembre de 2019

Para comprar casa, carro, estudiar o emprender, es común que los colombianos acudan a un banco en busca de un crédito. Hasta agosto de este año, según la Superintendencia Financiera, estas entidades han prestado 488,5 billones de pesos.

Sin embargo, la población indígena del país no está incluida en el listado de personas que han accedido a este servicio. Las barreras que han encontrado para llegar a esta herramienta han sido infranqueables hasta el momento. Una de ellas tiene que ver con la tradición ancestral que los hace a todos dueños de la tierra en la que habitan y, para los bancos, la propiedad colectiva no sirve como garantía.

A eso se suma que en la mayoría de los casos los pueblos indígenas están asentados en zonas de conflicto, lo que espanta a las entidades bancarias y, con esas, también a alguna clase de apalancamiento económico para proyectos. Ante eso, cabildos de Tacueyó, San Francisco y Toribio, en el norte del Cauca, región cuna de decenas de comunidades indígenas, buscaron una solución ante la negativa de los bancos de prestarles dinero desde hace más de dos décadas.

 

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El diplomado tuvo una duración de 120 horas y su énfasis estuvo en la gestión financiera. ©Usaid

Buscando soluciones, los líderes de esos cabildos -entre los años 2000 al 2004- vieron que los dineros que recibían del sistema General de Participaciones (SGP) se los estaban gastando sin una estrategia, por lo que decidieron con estos recursos crear su propio banco bajo la figura de fondos rotatorios.

“No queriamos coger esa plata, gastarla y esperar que el otro año nos giraran más, lo que hemos querido es generar un autofinanciamiento para que la gente use el recurso le saque provecho y se reintegre el dinero para poderle prestar a otro comunero”, dijo Jaime Díaz Noscue, representante de la Asociación de Cabildos del Norte del Cauca.

Entre tanto, para los 824 resguardos indígenas legalmente constituidos en el país, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) giró este año $197.200 millones de pesos. Dice Díaz Noscue que si se dividen los recursos que reciben de la Nación entre los habitantes de estos cabildos daría en promedio 100.000 pesos por persona, por lo que resalta la importancia de esta iniciativa que busca beneficiar a toda la comunidad.
 

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Cerca del 27 por ciento de la población de los tres cabildos se han beneficiado hasta el momento de los fondos rotarios. ©Usaid

 

Tecnificación de un banco propio

Cuando nació esta idea se incluyó además un sistema en el que los comuneros -como se autodenominan- contaran con un sistema de ahorro y así poder tener más recursos para solidificar esta iniciativa.

Pero como en todo proceso que nace se viven etapas de aprendizaje, de ensayo y error y esto lo recuerda Marleny Guteche, coordinadora del equipo económico ambiental del resguardo indígena Tacueyó. “Antes nos era muy difícil hacer análisis financieros, mirar qué cartera teníamos vencida”, dijo Guteche.

Además esta líder cuenta que a pesar que tenían un buen funcionamiento todos los procesos los hacían de manera manual a través de libretas y en el mejor de los casos en el programa excel, lo que hacía dispendioso el seguimiento que debían hacer tanto a los créditos como a los ahorros.

Iván Pazú del cabildo de San Francisco quien trabaja en el fondo rotatorio recuerda que de manera manual liquidaban los intereses de los créditos, “una tarea demorada” dice Pazú.
 


Hace 4 años, la iniciativa de finanzas rurales de la agencia de cooperación USAID llegó a esta zona del país como parte de su proyecto de inclusión financiera en los municipios más golpeados por el conflicto armado, con el objetivo de fortalecer las economías legales, labor que han hecho de la mano con entidades financieras para que los servicios financieros lleguen a estas zonas.

Germán Sanz, coordinador del programa finanzas rurales de Usaid, explica que pese a que la lógica de los indígenas es diferente a las demás poblaciones aún así tienen necesidades financieras y resalta que cuando llegaron al norte del Cauca encontraron bien organizados los fondos rotatorios de estos tres resguardos, por lo que decidieron fortalecerlos.

“Lo que hicimos fue ayudarlos para que tuvieran mejores prácticas financieras a través de un software y un entrenamiento en competencias financieras para mejorar su sostenibilidad a largo plazo para que puedan recuperar la plata que prestaron y ganarle una utilidad e ir creciendo”, dijo Sanz y agregó que dentro de este programa se han invertido 848 millones de dólares en los últimos cuatro años para acercar servicios financieros a 197 municipios de Colombia.
 

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El programa de finanzas rurales de Usaid busca replicar estos modelos financieros en los municipios más afectados por el conflicto armado. ©Usaid


Una de las circunstancias que encontraron es que los fondos no tenían clara la tasa de mora que tenían, es decir, el monto en riesgo de no pago del total del dinero prestado. Con los estudios necesarios encontraron que la mitad de los recursos destinados a préstamos estaba en mora. Ante eso, diseñaron y ejecutaron estrategias amigables de cobranza que consistían en hacer entender a los morosos que su falta de pago terminaría por perjudicar a sus vecinos. La estrategia generó conciencia y, a la fecha, la cifra de mora se redujo a un 25 por ciento. 

Este acompañamiento concluyó con un diplomado en gestión y administración de fondos rotatorios, impartido por la Universidad Nasa que cuenta con reconocimiento del Ministerio de Educación. En ese sentido, se capacitó a indígenas de estos tres resguardos, además, se les dio un software financiero que facilita el procesamiento y análisis de la información contable.

Para Addier Pilcue, del cabildo Tacueyó y quién participó del diplomado, la importancia del acompañamiento de USAID durante estos años ha sido clave. “Con las capacitaciones se ha logrado ordenar, porque por ejemplo ahora cuando alguien pide un estado, se mete en el sistema y lo sacamos en segundos, todo se hace mucho más rápido”, dijo.
 


«Uno esperaría que las decisiones no se tomen con criterios individuales, sino con cifras e información clara que mejoren la oferta de los servicios para la comunidad»



Evencio Tombe


Este líder indígena detalla que la gente pide créditos para construir vivienda, para proyectos productivos, educación y libre inversión que en su mayoría es destinada para la compra de motos, agrega que para acceder a este servicio primero el comunero debe estar dentro del censo del resguardo, además, debe tener referencias positivas de la comunidad y es requisito sin excepción para la aprobación que si algún familiar tiene préstamo, se encuentre al día con los pagos.

Evencio Tombe del cabildo de Toribio, dice que espera que a partir de ahora puedan tomar decisiones financieras con base en análisis más certero gracias a las herramientas que ahora tienen. “Uno esperaría que las decisiones no se tomen con criterios individuales, sino con cifras e información clara que mejoren la oferta de los servicios para la comunidad”.

Finalmente la agencia de cooperación Usaid terminó el trabajo aliado con la comunidad nasa. "Nos vamos con la expectativa que en un par de años el fondo siga prestando plata y se convierta en un fondo más robusto", dijo Germán Sanz.