Región amazónica
Iglesia católica buscará reconciliar a los colombianos con la Amazonia
Obispos se preparan para generar conciencia sobre la importancia de preservar la selva. Llevarán su propuesta a una cumbre de jerarcas de la región que se hará en el Vaticano dentro de dos meses. Pastoral Social ya trabaja en alternativas de conservación en Caquetá.
Obispos católicos de los países que comparten la cuenca amazónica tendrán una cumbre ambiental, por instrucción del papa Francisco, el próximo mes de octubre. El denominado sínodo de la Amazonia tendrá como uno de sus enfoques el futuro del planeta y congregará a prelados de Brasil, Venezuela, Guyana Francesa, Guyana Inglesa, Surinam, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
“Lo que el sínodo busca es poner en diálogo a los distintos actores, organizaciones, con sus propuestas, trabajar entre todos los sectores, para crear una perspectiva común que conduzca hacia una visión mucho más responsable hacia la selva", anunció monseñor Héctor Fabio Henao, director de Pastoral Social.
El papel de la iglesia católica en la misión de preservación de los recursos naturales viene impulsado por el llamado que hizo su máximo jerarca a través de la carta "LaudatoSi", en 2015, donde pidió elevar el compromiso en todos los niveles con respecto a los bosques tanto en el cuidado como en el acompañamiento a las comunidades que habitan en ellos.
Esta preocupación del principal líder la iglesia católica en el mundo la evidencian la últimas cifras de deforestación en el país que perdió en 2018 más de 197.000 hectáreas de bosque, 70 por ciento de ellas en la Amazonia.
La deforestación en Caquetá es el principal riesgo que tienen los bosques, que son transformados principalmente en praderas para la ganadería extensiva © Leonardo Numpaque M.
Propuestas de Colombia
Como preparación para la asamblea de octubre, que tendrá lugar en el Vaticano, la iglesia colombiana alista propuestas y mensajes concretos para la Santa Sede que se concretarán durante dos días de agosto durante los cuales representantes de las 15 diócesis de la Amazonia colombiana se reunirán con comunidades indígenas y actores involucrados con la conservación de ese territorio.
Monseñor Henao dijo que revisarán iniciativas y buenas prácticas y se identificarán los desafíos que presenta la Amazonia en la actualidad.
No solo Colombia sufre este flagelo, en días anteriores, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil, reportó que la deforestación en ese país creció 88,4 por ciento en junio, frente a igual periodo del año anterior.
Monseñor Héctor Fabio Henao, será uno de los representantes de la Iglesia de Colombia que estará frente al papa Francisco durante el sínodo del mes de octubre en el Vaticano. © Semana
La espiritualidad en la conservación
Monseñor Henao dijo que adicional a este mandato papal, desde la perspectiva espiritual se debe mirar a la Amazonía dentro de la creación y entender su protección como la plantea el papa Francisco: como el cuidado de la casa común. “Tenemos que verla con responsabilidad, no solamente es un espacio geográfico. Estamos hablando de un lugar en el cual descubrimos la oportunidad de profundizar nuestra fe en la manifestación de Dios”, dijo Henao.
El líder religioso colombiano dijo que están analizando los grandes desafíos que tiene la selva en este momento e identificando cuáles son los actores que la impactan de forma negativa. Anticipó que se encuentran en conversaciones con el ministerio de Medio Ambiente en busca de estrategias que permitan frenar la destrucción de la selva.
Dijo que uno de los riesgos de los bosques es la conversión del suelo para actividades extractivistas y siembra de cultivos ilícitos. Este último factor afecta las dinámicas económicas del campo de tal manera que en el sur del Caquetá, una de las zonas de acción de Pastoral Social, la erradicación de estos cultivos no ha sido integral, según los campesinos que plantean que mientras una hectárea de coca les dejaba 4 millones de pesos cada dos meses, el plátano, con lo que principalmente se reemplaza el cultivo ilícito, no alcanza a dejar 6 millones de pesos anuales.
Colombia perdió más de 197.000 de bosque en 2018 y el 70 por ciento de la deforestación se concentró en la Amazonia. © Leonardo Numpaque
Caquetá fue el departamento más deforestado del país en 2018 con 46.765 hectáreas arrasadas, según el último reporte de monitoreo del Ideam. Con este diagnóstico, Pastoral Social ha entrado a la zona para identificar comunidades que están haciendo un trabajo importante de recuperación de semillas nativas y del bosque, según explicó monseñor Henao.
“Esas comunidades están otra vez pensando cómo tener armonía con la selva. En sus planes comunitarios se encuentra la búsqueda de alternativas pertinentes de cultivo que puedan asegurar una supervivencia sostenible”, dijo monseñor Henao.
Así mismo Pastoral Social trabaja en escuelas de Mitú y Puerto Carreño donde congregan a distintos actores locales para analizar sus problemáticas, identificar alternativas viables en términos de conservación de la Amazonía y construir planes de vida comunitarios responsables.
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Con plátano, cacao y caucho principalmente se están sustituyendo los cultivos ilícitos en la Amazonia. ©Leonardo Numpaque M.
El ejemplo de Guatemala
Monseñor Héctor Fabio Henao estuvo la semana pasada en Guatemala conociendo las acciones de preservación del bioma maya. El líder religioso contó que este país cuenta con procesos exitosos de concesiones forestales, creadas hace unos años a partir de los tratados de paz suscritos.
“Allí las comunidades se encargan del cuidado del bosque, entran a tener una participación muy activa, no son propietarios, no venden ni pueden comercial con él, pero tienen una responsabilidad de conservación muy técnica. Se tiene el bosque no en función industrial sino en una de generación de oxígeno”, dijo Henao.
Esmer Salazar, del Equipo de Dirección de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) de Guatemala, contó que el diseño y ejecución del sistema de monitoreo de los bosques que existe desde hace 15 años ha permitido la vigilancia constante de 450.000 hectáreas y esto ha permitido mantener la zona bajo control reflejando una tasa de deforestación de solo el 0,4 por ciento en 2017.
En Colombia existen otras organizaciones de este tipo que se han involucrado en la preservación del medio ambiente, como el caso de la Iniciativa Interreligiosa por los Bosques Tropicales (IRI), que desde 2018 reunió a líderes de diferentes religiones y creencias para proteger los bosques y a sus guardianes indígenas. Ellos esperan replicar este trabajo en Brasil, Perú, Indonesia y la República Democrática del Congo.