Florida, Valle del Cauca

Las campesinas del Valle del Cauca que quieren ser empresarias

Un grupo de mujeres rurales conformó una asociación para trabajar en el campo y lograr ser independientes económicamente. Esta es su historia

23 de febrero de 2018
Nelly dedica sus horas a atender el galpón y hacer seguimiento a las aves desde muy temprano. | Foto: PNUD

Un letrero hecho a mano que anuncia: “se venden huevos” está en la entrada de la finca de Nelly Arboleda, en el corregimiento La Unión, del municipio Florida (Valle del Cauca). Hasta allí se acercan sus vecinos todos los días para comprar estos productos. Desde el año pasado, Nelly forma parte de Asoavanzar, una asociación que les ha permitido a 25 mujeres de su comunidad tener un ingreso fijo para salir adelante trabajando en el campo.

Nelly, de 40 años, se despierta todos los días a las seis de la mañana, y camina hasta el galpón que construyó en su finca. A esa hora limpia el lugar y alimenta a las 107 gallinas ponedoras que está criando gracias a un préstamo de la asociación. Diariamente recoge 101 huevos, lo que equivale a 3 panales diarios, y 21 semanales. Vende un 70 por ciento directamente desde su finca, y el resto, a una tienda. Cuenta que el valor de los huevos depende de la gallina que los provee y su peso.
 




 “Ahora tenemos más fuerte la convicción de creer en nuestro futuro. Llevo ocho meses con el galpón y los resultados poco a poco se están dando. Vamos alcanzando un punto de equilibrio y la idea es, entre todas las asociadas, volvernos autosostenibles, convertirnos en una empresa y lograr autonomía alimentaria para nuestras comunidades” 

 - Nelly Arboleda
 


 


 ¿CÓMO FUNCIONA? 

Melba Nubia Correa, presidenta de Asoavanzar, explica que la asociación apoya a sus miembros gestionado proyectos relacionados con el trabajo en el campo y les hace préstamos al uno por ciento, lo que es mucho más bajo que las tasas de interés que ofrecen los bancos.

La asociación tiene ingresos a partir de una cuota de inscripción de 15 mil pesos y una cuota mensual de tres mil pesos que aportan sus asociadas. Pero principalmente, se vale de la ayuda que reciben de la Gobernación del Valle del Cauca y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD).

 


Asoavanzar empezó a recibir recursos desde mediados del año pasado. Con la primera parte, las familias obtuvieron recursos para construir el galpón, comprar las gallinas, el alimento y garantizar las primeras producciones de huevo. Nelly, por ejemplo, compró 57 gallinas, 5 bultos de alimento, y construyó un galpón en su finca con este dinero. En total, Asoavanzar recibirá 112 millones de pesos durante todo el proyecto.

Al final, su objetivo es lograr la independencia financiera de sus asociadas mientras trabajan desde el hogar. “Tener el privilegio de trabajar en el campo, de tener un negocio propio desde el hogar, es una gran ventaja. Me permite ser dueña de mi tiempo”.


La decisión de trabajar en el sector avícola fue acertada porque el Valle del Cauca es uno de los principales productores de huevos en Colombia.
 


 LA META: TENER UNA EMPRESA 

Antes, Nelly criaba criada cerdos y sembraba cítricos, pero ni ella, ni sus compañeras, habían recibido capacitaciones para conocer el mercado y sacarle provecho a su trabajo. Además, la violencia era protagonista en este territorio del sur del Valle. Hasta hace unos cinco años las Farc, los paramilitares, y el ejército, se enfrentaban en el lugar.

En el caso de Nelly, ella nunca quiso abandonar su corregimiento. Solo salió del lugar una vez para acompañar a su esposo en un trabajo que le salió en Cali, pero al cabo de un tiempo volvieron porque extrañaban el campo. “Por aquí fuimos testigos y víctimas de la violencia, pero en estos nuevos tiempos la tranquilidad ya se siente”, afirma.

 


Aunque Nelly aún no cumple un año trabajando en el sector avícola, ha logrado resultados que considera muy buenos. Gracias a la capacitación continua que recibe del PNUD, Manos a la Paz y Fenavi, los recursos que ha recibido y su dedicación, en diciembre pudo acceder a un préstamo con Asoavanzar que le permitió adquirir 50 gallinas más.

Por eso, hoy la meta de Nelly y sus compañeras es crear su propia empresa. Ella también está ahorrando para poder costear la educación superior de sus tres hijos. “El mayor quiere estudiar ingeniería mecatrónica y ojalá le pueda cumplir ese sueño”, dice.


 APOYO A ASOCIACIONES PRODUCTORAS CAMPESINAS 

Doce asociaciones campesinas participan en este proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD). En total, 239 familias se han beneficiado de esta iniciativa a través de la cual las asociaciones reciben insumos, dinero en efectivo, acompañamiento técnico y capacitaciones.

En este sentido, las asociaciones deben tener un proyecto productivo que las haga gestoras de desarrollo y empoderamiento en los territorios.

El proyecto de apoyo a asociaciones productoras campesinas se realiza en tres municipios priorizados: Palmira, Pradera y Florida. Son municipios que fueron golpeados por el conflicto armado.