Los niños campesinos, los más vulnerables al trabajo infantil
¿Cómo evitar que los menores cambien el estudio por el trabajo cuando solo el 13 por ciento de la población rural tiene acceso a Internet? Estos son los agridulces datos en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil
En 1958 el payanés Jaime Paredes escribió ‘El libro de los oficios infantiles’, una obra en la que describía, con una prosa poética, los trabajos que miles de niños ejercían en una Colombia donde el 38 por ciento de la población era analfabeta. Muchos de esos oficios han desaparecido, como el del carbonero, que a lomo de burro iba gritando por las calle: “¡carbón!, ¡carbón!”, o el del chagrero, que espantaba a las aves que le habían perdido el miedo a los espantapájaros y picoteaban sin misericordia los cultivos. Uno de los oficios más impactantes era de sepulturero. Sobre ellos, Paredes escribe: “En su vida no ha hecho otra cosa que ayudar a su padre a enterrar a los muertos”.
Este 12 de junio, cuando se conmemora el ‘Día mundial contral el trabajo infantil’, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) publicó un informe con noticias agridulces sobre esta problemática que está lejos de desaparecer en Colombia y el mundo. Si bien el trabajo infantil ha disminuido 94 millones a nivel mundial, lo más seguro es que la pandemia de la covid 19 dispare los índices, directamente relacionados por la pobreza que, se prevé, aumentará el 20 por ciento a finales de 2020.
En Latinoamérica, se proyecta que entre 109.000 y 326.000 niños empezarán a trabajar. Este retroceso implica pérdidas en el ingreso famillar, lo que en países en vía de desarrollo significa una mayor participación de los menores en la economía del hogar, bien sea con más horas de trabajo o nuevas responsabilidades.
La OIT estima que en la actualidad, hay 152 millones de niños trabajan en todo el mundo. De ellos, el 72 por ciento realizan trabajos riesgosos. Con la pandemia, las posibilidades de que este porcentaje crezca son latentes.
En el caso de Colombia, según el ICBF, más de un millón de niños son víctimas del trabajo infantil. En un informe conocido este 21 de junio, la directora del ICBF, Juliana Pungiluppi, destacó la disminución de la tasa de trabajo infantil de 7,3% en 2017 a 5,9% a finales de 2018, según las cifras del DANE. Sin embargo, "significa que tenemos 1.119.000 niños trabajadores que no están desarrollando actividades propias de su edad y vitales para su desarrollo”, afimó Pungiluppi.
Las perspectivas del trabajo infantil en Colombia no escapan a las proyecciones mundiales. Aunque no se tienen datos exactos de deserción escolar, pues estos se realizan al finalizar cada año, lo cierto es que se espera un aumento considerable, en especial en las regiones con deficiencias de estructura, dificultades de transporte y, sobre todo, baja conectividad. Las zonas rurales son las más afectadas en los tres factores.
Las cifras de acceso a Internet en Colombia son lamentables. Solo el 13 por ciento de la población rural tiene acceso a este servicio. Un escenario que hace prácticamente nula la posibilidad de que los colegios implementen un programa de clases virtuales. Hoy el mayor porcentaje de alumnos (34%) que desertan lo hacen por razones económicas y el 28% por dificultades de transporte.
En regiones apartadas, como Choco, se espera que la deserción crezca. De acuerdo con el secretario de Educación de ese departamento, Harold Ramírez, el año pasado 2.605 niños abandonaron el colegio.
Hoy las actividades en las que más trabajan niños de entre 5 y 17 años en Colombia están relacionados con el sector rural: 244 mil trabajan en agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. Una cifra muy que supera la de los 175.000 que trabajan en restaurantes y comercio, así como los 79.000 que trabajan en la industria manufacturera.
Ilustración de "El libro de los oficios infantiles" de Julio Paredes.