Urabá antioqueño

No todo es quitar peajes: estos son los otros clamores del Urabá

La reubicación de tres nuevos peajes puso a la región en la mira nacional. Más allá de eso, sus habitantes exigen atención en educación, empleo y servicios públicos.

5 de febrero de 2018
Más de 1.825 millones de dólares se invertirán en los próximos años en la región. | Foto: Mundouraba.blogspot.com

Desde que empezó el 2018, el Urabá ha sido noticia en los principales medios de comunicación por cuenta de los reclamos respecto a la reubicación de tres nuevos peajes en ese sector. La movilización pacífica pasó de castaño a oscuro: decenas de jóvenes y pobladores protagonizaron desmanes, paralizaron la movilidad y se enfrentaron a la fuerza pública.
Sin embargo, más allá de la reubicación de los peajes, la comunidad en general pide más atención por parte del Estado que, como en otras zonas del país, tiene deudas históricas con esta, frente a los indicadores sociales y de desarrollo, pese a la importancia estratégica de su ubicación.
 


 


 

 

El Urabá antioqueño comprende once municipios, los cuales se dividen en tres subregiones:

 Norte ,con Arboletes, Necoclí, San Juan de Urabá y San Pedro de Urabá
 Centro con Apartadó, Carepa, Chigorodó, Mutatá y Turbo
 Atrato Medio,  que incluye a Murindó y Vigía del Fuerte

Además, cuenta con 46 corregimientos y 460 veredas.

 


 


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Con 11.664 kilómetros cuadrados —425 de costa sobre el océano Atlántico—, es la subregión más extensa de Antioquia. Además, el Golfo de Urabá cuenta con un área de 1.800 kilómetros cuadrados, por lo que allí se promueve la construcción de dos aeropuertos más y tres puertos marítimos: Puerto Antioquia y Pisisí, en Turbo, y Puerto Internacional Darién, en Necoclí, cuya inversión superaría los 1.825 millones de dólares.

A pesar de ser próspera gracias a sus potencialidades geográficas, esta región es la segunda con menor calidad de vida en Antioquia, después del Bajo Cauca. El porcentaje de personas con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) supera el 53 por ciento. En las zonas rurales supera el 75 por ciento, es decir, 30 puntos por encima del promedio departamental que es de 22,96 por ciento.

Por si fuera poco, “se enfrenta constantemente a problemas de violencia y desplazamiento, factores negativos que dificultan su desarrollo”, según un estudio de caracterización de la demanda laboral realizado en cuatro municipios urabaenses por Naciones Unidas.
 

Foto: Mundouraba.blogspot.com


 LOS CLAMORES CONSTANTES 

Todas esas cifras evidencian que hay mucho por hacer en el Urabá, pero el clamor es continuo en tres aspectos: educación, servicios públicos y empleo.

 

 SERVICIOS PÚBLICOS 

Pese a las millonarias intervenciones que justifican los Gobiernos nacionales, departamentales y locales, según el perfil socioeconómico de la región, realizado por la Cámara de Comercio de Medellín (CCM), en Uraba:

28% 
de sus habitantes viven en la miseria
53%
de sus habitantes
viven en la pobreza



Un territorio que está bañado por el mar y que acarrea importantes proyectos portuarios, de infraestructura y empresariales, a diciembre de 2016, según datos de EPM, contaba con una cobertura en materia de energía de un 97,46 por ciento; porcentaje que aumentó comparado con cifras de 2014, año en el que había únicamente un 58,5 por ciento de cobertura. El avance de los últimos años ha permitido también que el servicio de gas se acerque a una cobertura del cien por ciento.
 

«Se está muy lejos de suplir las necesidades. Las aguas negras corren por las calles y todavía no hay una verdadera equidad en el uso de los servicios públicos».

 

- Obispo Hugo Torres, quien recorre el Urabá desde hace tres años, especialemente las zonas vulnerables.

 

En cuanto al sistema de alcantarillado se ha logrado pasar de una cobertura del 33 por ciento, hace un par de años, a una del 73 por ciento en la actualidad, según un estudio realizado por la CCM. Sin embargo, con relación al agua potable, una de las necesidades más sufridas de la población, únicamente, un 53 por ciento de los habitantes tiene acceso a ella y por eso son constantes las quejas en municipios como Turbo, donde apenas un 28 por ciento de la población tiene alcantarillado y el acueducto de algunos barrios no funciona correctamente.
 


 EDUCACIÓN 

El acceso a la educación presenta cifras más desalentadoras. De acuerdo con el informe socioeconómico de 2016 realizado por la Cámara de Comercio de Urabá, el 46,77 por ciento de la población estudiantil estaba matriculada en básica primaria o educación media, menos de la mitad de los jóvenes que deberían estar con un acceso a la educación.


 

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 | Foto: César García 


 

«No es lo costoso, lo difícil es llegar hasta algunas de estas escuelas por la falta de vías de penetración, lugares donde hay que andar a caballo por más de 10 horas, por ejemplo».

- Eliécer Arteaga, alcalde de Apartadó, uno de los municipios con la infraestructura educativa más deficiente.

Sin embargo, solo un 17,62 por ciento de los jóvenes que salen de las instituciones educativas acceden a la educación superior, algo que es aún más grave para quienes habitan en la zona rural, ya que por falta de recursos para alimentación o trasporte la abandonan o nunca llegan a esta. Las más de 1.828 becas ofrecidas a los jóvenes de la urabaenses no han sido suficientes para garantizar su permanencia.

En cuanto a la infraestructura escolar, en la que se han invertido miles de millones de pesos durante los últimos años, las escuelas del sector rural están en mal estado.


 

REPRESENTACIÓN POLÍTICA 

Aquí no tenemos quién nos represente políticamente, le dijo a la revista Semana el obispo Torres, tras las manifestaciones por la reubicación de los peajes. El religioso explica que, pese a todo el desarrollo que tiene Urabá y la presencia que hacen empresarios e instituciones en el lugar, todavía se necesita promover líderes locales en política, gente nacida en Urabá o residentes históricos, como Ángela Salazar, quien recientemente llegó a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad.

“Yo creo que a nuestros mismos alcaldes les falta la vocación de seguir perseverando en otros escaños de la política y a nosotros también identificar líderes y respaldarlos”.
 


 EMPLEO 

Los diferentes megaproyectos que se desarrollan en la subregión aspiran a satisfacer gran parte de la demanda laboral. Sin embargo, en el último informe socioeconómico de la Cámara de Comercio de Urabá, la tasa de ocupación es relativamente baja, con un porcentaje del 41,69 por ciento, mientras la tasa de desempleo se ubica en un 27,63 por ciento.
 

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 | Foto: Tadeo Martínez 


 

Su zona rural cuenta con una tasa de desempleo superior en 6,1 puntos porcentuales a la del total del Urabá, ubicada en 33,73 por ciento. El desempleo allí es algo paradójico. En algunos sectores de la economía, como el tradicional bananero, hacen falta trabajadores; el gremio se queja por las dificultades que observan para el empalme generacional y la apatía juvenil que empieza a observarse para sumarse a este renglón histórico de su economía.

En la opinión del obispo Torres, se debe empezar a diversificar la industria, ofrecer otras alternativas laborales que le hagan contrapeso a alternativas de ocupación ilícitas como el microtráfico e incluso el mototaxismo. Toda esta economía ilegal y el microtráfico es una competencia muy fuerte para el trabajo digno, estable y con las garantías legales, precisó.


 CON REPORTERÍA DE:  Colaboración de Gladys Seña y Elizabeth Otálvaro