Rioblanco, Tolima
¿Qué está pasando con la seguridad en el sur del Tolima?
Los habitantes de las zonas rurales de esta región están preocupados por los recientes hechos de violencia, que no se vivían desde la desmovilización de las Farc. temen que el conflicto regrese, ahora con nuevos actores.
Los hechos de violencia ocurridos en el sur del Tolima entre 2018 y los primeros meses de este año, además de una serie de amenazas contra líderes sociales, despertaron la preocupación por la seguridad de la región.
En enero, un vehículo de Cootransplanadas fue asaltado en la carretera que conecta el corregimiento de Gaitania con el casco urbano de Planadas. En ese mismo mes, el presidente de la junta de acción comunal de una vereda de Rioblanco denunció que lo intentaron secuestrar. Meses atrás había advertido a las autoridades sobre intimidaciones en su contra y su familia por parte de grupos armados aún por identificar. Este caso llevó a cinco familias campesinas a salir de esa zona rural, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo.
Por su parte, el Sindicato de Trabajadores Agrícolas del Tolima dijo en enero que líderes campesinos del corregimiento de Herrera, en Rioblanco, recibieron llamadas telefónicas amenazantes. “Creemos que fueron a raíz del paro del año pasado, donde protestamos contra el proyecto de interconexión eléctrica en el páramo del Meridiano, las graves afectaciones ambientales que deja la instalación de torres de alta tensión y el incumplimiento con lo pactado por parte de Energía de Bogotá”, comentó uno de sus integrantes.
«Unos 30 hombres se ubicaron en el cañón de Las Hermosas a mediados de noviembre de 2018. Nos intimidaron y exigieron dinero. Luego, el Ejército retomó esta zona; pero la tensión sigue»
El hecho de violencia que prendió las alarmas a nivel nacional ocurrió el 23 de enero. Un puesto de control del Ejército Nacional, cercano a un Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR), fue atacado en zona rural de Planadas. No hubo muertos o heridos. De acuerdo con la emisora radial Ecos del Combeima, este hostigamiento se dio días después de la aparición de un panfleto, firmado supuestamente por exintegrantes de las Farc, donde anunciaban la llegada de un nuevo grupo armado.
La Defensoría del Pueblo le viene haciendo seguimiento a la situación de seguridad en el sur del Tolima. En febrero del año pasado lanzó la alerta temprana 026, donde puso en evidencia que, en al menos 11 municipios del departamento, se presentaron amenazas contra líderes sociales. Entre esos pueblos están Ortega, Chaparral, Ataco, Planadas, Rioblanco, Roncesvalles, Coyaima y Natagaima. Estos ocho integran la región del sur.
Líderes y organizaciones sociales del sur del departamento señalan que reciben amenazas por defender los recursos naturales.
Las razones de la violencia
La violencia que se viene presentado en el sur del Tolima, después de la firma del Acuerdo de Paz entre el gobierno y las Farc, está relacionada con diversos factores, según le contó el Tribunal Superior Indígena del Tolima a SEMANA RURAL. Uno de ellos es la defensa del territorio por parte de comunidades étnicas y campesinas ante proyectos minero-energéticos, como ocurre en los municipios de Ortega, Rioblanco y Roncesvalles. Otro factor tiene que ver con los conflictos por la tenencia de la tierra.
“Unos 30 hombres se ubicaron en el cañón de Las Hermosas a mediados de noviembre de 2018. Nos intimidaron y exigieron dinero. Luego, el Ejército retomó esta zona; pero la tensión sigue”, comentó un campesino de la región. Un miembro de una organización social de Chaparral, quien pidió no revelar su nombre por motivos de seguridad, dijo: “Hemos visto muchos sobrevuelos de helicópteros sobre las zonas rurales y no sabemos qué está pasando. Lo cierto es que en el sur del Tolima son varios los reportes de extorsión y robos, especialmente en Planadas, Rioblanco, Ataco y Chaparral”.
La Defensoría del Pueblo, a través de su alerta temprana, corrobora lo que dijo el Tribunal Indígena: las amenazas y violencia contra los líderes y las comunidades recaen en los reclamantes de tierras, los ambientalistas, las comunidades étnicas y los defensores de los derechos humanos.
«No podemos desconocer que el Tolima ha sido un corredor histórico para los grupos armados. Se acordó la paz, pero la ausencia del Estado aún se siente en las zonas rurales. Eso se manifiesta en la aparición de nuevos y viejos actores ilegales»
Por su parte, los líderes sociales y comunitarios que consultó este periódico temen que detrás de las amenazas y la violencia en el sur del Tolima estén actores armados nuevos y viejos en la región, con el interés de adelantar actividades delincuenciales como el narcotráfico, los robos y las extorsiones. “No es un secreto que con el proceso de paz hubo mayor tranquilidad. Pero la situación que hoy vivimos se puede convertir en un caldo de cultivo para la base de nuevos grupos que quieren ejercer control en el territorio”, afirma uno de ellos.
El director de la Oficina Departamental de Derechos Humanos, Óscar Gutiérrez, dijo que “está descartado por las mismas autoridades la existencia de ‘Águilas Negras’, Eln, disidencias de las Farc u otros grupos ilegales en la región del sur”. Y añadió que podría tratarse de delincuencia común. Por último, el funcionario hizo un llamado a los habitantes de las zonas rurales para que denuncien los casos, pues muchos delitos quedan sin investigar por falta de información.
Las respuestas institucionales
SEMANA RURAL conoció que el 9 de enero y el 8 de febrero se llevaron a cabo consejos de seguridad en la región del sur. Adicionalmente, la Comisión Intersectorial para la Respuesta a las Alertas Tempranas lleva registros de alertas posteriores a la última que se emitió (la 026 de febrero de 2018), pero a la fecha de esta publicación no se han dado a conocer esos documentos.
Gustavo Murillo, secretario del Interior del Tolima, explicó que una de las estrategias que se adoptaron para combatir a los nuevos y viejos actores armados en el sur del departamento es el aumento de los retenes de control, los operativos y la presencia de tropas del Ejército en las zonas rurales. “También se vienen haciendo campañas de prevención articuladas con las Juntas de Acción Comunal, donde se le da a conocer a la comunidad cómo responder ante posibles amenazas”.
«10 ORGANIZACIONES SOCIALES y comunitarias del sur del Tolima han recibido amenazas luego de la desmovilización de las Farc, según la Defensoría del Pueblo»
La alcaldesa de Rioblanco, Delcy Isaza, manifestó que “hemos seguido toda la ruta de atención y acompañamiento a los líderes comunales”. Por su parte, la Personería de Chaparral aseguró que “a raíz de la Alerta 026 de 2018, la Secretaría Municipal de Gobierno y demás instituciones competentes vienen adelantando distintas acciones para el cumplimiento de estas recomendaciones. Entre ellas, una mesa de diálogo con las organizaciones sociales donde se discuten los factores, los niveles de riesgo y las acciones necesarias de protección”.
A pesar de que las autoridades departamentales y locales aseguran que están tomando medidas para garantizar la seguridad en las zonas rurales del sur del Tolima, los líderes sociales y comunidades siguen esperando avances significativos en las investigaciones sobre estas amenazas y los actores armados que están generando la intranquilidad. El regreso de la violencia con otros actores no es una opción.