MEDIO AMBIENTE
El zar de las basuras aterriza en Medellín
Para intentar resolver líos de la recolección, llegó a la capital antioqueña el mismo contratista que salió de Bogotá: William Vélez.
Las dificultades con las basuras en Medellín se van a resolver pronto. Así lo aseguró el gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Juan Esteban Calle, el pasado viernes. Pero ¿qué tan posible es esto? Como se ha informado en los últimos meses, la ciudad tiene retrasos en la recolección de basuras que llevan a que los residuos pasen horas, y hasta días enteros, regados por las calles.
El dantesco panorama obedece a que los vehículos recolectores de Empresas Varias (la entidad pública encargada de la recolección de las basuras desde hace 49 años) están obsoletos y pasan largos períodos en talleres. Esto, a pesar de que en los dos últimos años los usuarios pagaron 23.000 millones de pesos únicamente para cambiar los carros y no se ha comprado ni uno. Los pocos carros que están disponibles deben hacer recorridos por la ciudad para recoger las basuras y luego trasladarse al relleno sanitario La Pradera, que queda a 57 kilómetros de Medellín.
La solución que proponen a largo plazo es alquilar 50 vehículos, mediante una licitación que apenas se abrió esta semana y que se cerrará con un contrato el próximo junio. Pero para resolver el problema inmediato y temporalmente, hasta que se adjudique el alquiler de aquellos vehículos, Empresas Varias, que ahora es de EPM, tiene un plan de contingencia.
El gerente Calle lo explicó así: "En Medellín no hay crisis de aseo, ni mucho menos emergencia sanitaria. Con el fin de agilizar la recolección a corto plazo, Emvarias llegó a un acuerdo con la estación de Transferencia del Sur en Sabaneta para depositar allí las basuras y tener disponibilidad adicional. Nuestros recolectores pueden depositar en ese relleno hasta 400 toneladas diarias y sólo tiene que recorrer 10 kilómetros, mientras La Pradera está a 57 kilómetros".
Este primer contrato reduce los largos recorridos que tienen que hacer los carros. Ya no tienen que irse hasta el relleno sanitario para depositar la basura. Este contrato, según dijo una fuente de Empresas Varias a Semana.com, tiene un costo de 637 millones de pesos.
La segunda parte del plan cosiste en alquilar temporalmente 15 vehículos para completar la flota, por un costo de 900 millones, de acuerdo con la fuente.
Hasta ahí no habría nada llamativo. Serían sólo buenos oficios de EPM y Empresas Varias para evitar una crisis de aseo en Medellín. Lo que ha generado polémica es que la empresa que presta el servicio de aseo en Sabaneta es Aseo Sabaneta, de la firma Interaseo, del polémico empresario paisa William Vélez. Igualmente, el alquiler de los 15 vehículos se firmó con la misma empresa.
El nombre de Vélez se hizo visible por cuenta de su amistad con el expresidente Álvaro Uribe. De hecho, se supo que fue uno de los financiadores de las campañas del mandatario. Durante años mantuvo un bajo perfil, pese a ser dueño de un grupo empresarial que se convirtió en uno de los grandes contratistas del Estado.
Uno de los negocios que obtuvo en el sector público fue el de la recolección de basuras en Bogotá. Su compañía Aseo Técnico de la Sabana (Atesa) era una de las cuatro empresas que desde el 2003 manejaron los residuos en la capital.
Siendo senador, el hoy alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, miró con suspicacia la cercanía del empresario Vélez con el presidente Uribe y los contratos que tenía con el Estado. Y en un informe sobre la contratación en Bogotá publicado en noviembre del 2010, Petro detalló sobre el negocio de las basuras:
"En septiembre del 2010 vencían los contratos de concesión celebrados en el 2003 con los cuatro operadores que manejan las seis 'áreas de servicio exclusivo' en que se dividió la ciudad para la recolección y transporte de los residuos sólidos. Esos operadores son: Ciudad Limpia S. A. E.S.P. (del grupo FANALCA -familias Lozada, Herrera y Barona de Cali-); Aseo Capital S. A. (grupo de la familia Ríos Velilla, oriunda de Medellín); LIME S. A. (grupo Pescarmona, de Argentina), y ATESA S. A. (de propiedad, entre otros, de William Vélez). Debe agregárseles ECOCAPITAL S. A., que hace la recolección de los residuos hospitalarios (también pertenece al grupo Ríos Velilla)".
En su informe, Petro llamaba la atención que entre el 2003 y el 2009, los operadores recibieron por tarifas de aseo 1,4 billones de pesos. "El sistema de áreas de servicio exclusivo implica concederle un monopolio territorial a un operador. Permite reducir costos pero puede dar lugar a abusos, cuando el ente regulador es débil o capturado por los contratistas", denunció Petro.
Y en seguida advirtió que a los usuarios les siguieron cobrando durante todos esos años tarifas del 2001, cuando en el 2005 habían sido modificadas por otras más favorables. "Así las cosas, era muy conveniente para los bogotanos que al vencimiento de las concesiones, en septiembre pasado, se celebraran nuevos contratos de recolección de los residuos sólidos", se lee en el informe, que cuestiona la prórroga de los contratos con esas mismas empresas.
En diciembre del 2012, siendo alcalde de Bogotá, Petro quiso que el servicio de aseo fuera asumido por la empresa pública Aguas Bogotá y sacar a los contratistas privados, con las consecuencias que ya bien se conocen.
Ante del desacierto de la apresurada decisión, Petro tuvo que negociar de nuevo con los contratistas privados y entregarles parte del negocio de la recolección de las basuras. Pero no lo hizo con todos. Dejó por fuera a uno de ellos: William Vélez.
Petro ha dicho que los empresarios influyeron en el castigo que le impuso la Procuraduría. Ahora, el mismo contratista que salió del negocio en Bogotá llega a Medellín, en momentos en que la Procuraduría anuncia una investigación por el manejo de las basuras en esa ciudad.