Uno de los mayores retos en materia de movilidad sostenible consiste en eliminar el material particulado que se origina con los combustibles fósiles utilizados en los sistemas de transporte público y de carga, y apoyar los compromisos de descarbonización que tiene el país hacia 2030.
La masificación del gas natural vehicular (GNV), el incentivo al empleo de vehículos eléctricos, el uso del hidrógeno y la implementación del gas natural licuado son algunas de las alternativas para alcanzarlo.
Todas son válidas y necesarias, dice Álvaro Villasante, vicepresidente de Gestión de Negocios e Innovación del Grupo Energía Bogotá (GEB) y miembro del Consejo de la Red Latinoamericana de Movilidad Sostenible. Explica que dentro de la política de sostenibilidad de esta multilatina se trabaja en varios frentes.
Por un lado, el programa de masificación del gas natural que se viene impulsando en Perú y en Colombia. Hoy el transporte metropolitano de Lima –donde el GEB opera con su filial Cálidda– es ciento por ciento impulsado con gas natural, lo que ha permitido eficiencia y disminución de costos para el sistema de salud, reduciendo en 44.000 el número de casos de morbilidad.
Por otro lado, en Colombia también un programa ha permitido convertir a GNV más de 600.000 vehículos livianos, generando beneficios para los usuarios y el medioambiente. Está demostrado que el uso de este combustible reduce las emisiones contaminantes, especialmente el material particulado, y, además, produce ahorros en el costo del carburante para conductores y dueños de los vehículos, que oscilan entre el 20 y el 35 por ciento frente a los energéticos convencionales.
Asimismo, el GEB, mediante su filial Transportadora de Gas Internacional (TGI), trabaja con otros actores de la cadena en la creación de un fondo privado para ofrecer apoyo a los transportadores y financiar la sustitución de 4.000 camiones de carga que utilizan diésel con GNV en los próximos tres años, según Silvia Ordóñez, líder de Urbes y Movilidad de TGI.
La meta es lograr que para 2025 el país pase de 3.900 vehículos operando con GNV a 7.600, con lo cual se alcanzará una reducción estimada de 327.294 toneladas de emisiones de CO2 al año. También seguirán impulsando el uso de este combustible en el transporte público de pasajeros. Hoy en día, de 11.000 buses que operan en Bogotá, 1.800 se mueven con GNV y se espera llegar a final de año a 2.160.
Además, existe un acuerdo con Enel, con la que el GEB renovó su sociedad, para impulsar de forma directa la transformación del transporte eléctrico. Actualmente, Bogotá cuenta con cinco patios que permiten cargar 878 buses eléctricos y 60 puntos de carga eléctrica. Para los próximos años, se contemplan inversiones por un billón de pesos a fin de seguir fortaleciendo este segmento, según lo ha dicho el presidente del GEB, Juan Ricardo Ortega. Por su parte, TGI seguirá desarrollando el negocio del micro-GNL (gas natural licuado), ofreciendo beneficios en la autonomía de los vehículos, que pueden alcanzar 1.100 kilómetros con gas natural licuado frente a 700 con el tradicional.
*Contenido elaborado con apoyo del Grupo Energía Bogotá
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