Cuando se habla de erupciones en la piel, que conlleven a picazón y aparición de manchas y protuberancias rojas, se está haciendo referencia a una dermatitis. Aquí le contamos qué hacer en caso de experimentar esto.

Por un lado, National Institute of Heath (NIH) explica que las inflamaciones en la piel son denominadas médicamente como dermatitis. La piel actúa como una barrera que defiende al cuerpo del mundo exterior, por lo que está llena de células inmunes, las responsables de evitar el ingreso de virus, bacterias y otros invasores. A la más mínima presencia de una amenaza, los microorganismos desprenderán un plan para contenerla y devolverla afuera.

La aparición de costras o erupciones ocasionadas por la dermatitis pueden presentarse en cualquier área del cuerpo. | Foto: Getty Images

No obstante, hay bacterias fuertes que logran atravesar la barrera de la dermis, conllevando a una infección. Entre todas las complicaciones, una de las más peligrosas es la dermatitis atópica. Aunque es frecuente en bebés de dos a seis meses, también se puede presentar en adultos.

Según la información de Medline Plus, es un trastorno cutáneo prolongado crónico que se presenta con erupciones pruriginosas y descamativas. Si una persona la adquiere, tendrá picazón, hinchazón y un enrojecimiento de la piel. Aparentemente los pacientes experimentan los síntomas comunes de cualquier infección, pero el verdadero peligro es que la dermatitis atópica deja en un estado de debilidad al cuerpo, lo que lo hace propenso a otras complicaciones graves.

Los siguientes factores empeoran los síntomas del trastorno cutáneo o son los responsables del mismo:

  • Alergias al polen, el moho, los ácaros del polvo o los animales.
  • Resfriados y aire seco en el invierno.
  • Resfriados o la gripe.
  • Contacto con materiales irritantes y químicos.
Hay perfumes fuertes que afectan a la piel y causan dermatitis. | Foto: Foto: Getty Images
  • Contacto con materiales ásperos como la lana.
  • Piel reseca.
  • Estrés emocional.
  • Enfriarse o acalorarse demasiado, al igual que cambios súbitos de temperatura.
  • Perfumes o tintes agregados a las lociones o jabones para la piel.

Como la barrera de la piel está débil, el organismo está expuesto a otras amenazas externas. Por ejemplo, si el grado de la dermatitis es alta, el paciente puede contraer enfermedades pulmonares u otras que afecten directamente a los músculos y huesos. Además, las heridas causadas por las manchas rojas pueden infectarse de otras bacterias, a tal punto que puede generarse una gangrena.

Los signos de alarma son los síntomas que se visibilizan, los cuales son los siguientes:

Los bebés de dos a seis meses son población en riesgo de dermatitis. | Foto: Archivo Semana
  • Ampollas que supuran y forman costras.
  • Piel seca en todo el cuerpo o zonas de piel con protuberancias en la parte de atrás de los brazos y al frente de los muslos.
  • Secreción o sangrado del oído.
  • Zonas de piel en carne viva por el rascado.
  • Cambios en el color de la piel, como más o menos color con respecto al tono normal de esta.
  • Enrojecimiento o inflamación de la piel alrededor de las ampollas.
  • Zonas gruesas o con apariencia de cuero, lo cual puede ocurrir después de rascado o irritación prolongada.

El grado de las erupciones depende de la edad del paciente, al igual que del lugar del cuerpo donde apareció. Por ejemplo, en niños y niñas mejores de dos años, las lesiones de piel empiezan en la cara, el cuero cabelludo, las manos y los pies. Con frecuencia, se trata de una erupción que produce picazón y ampollas que supuran o forman costras.

En el caso de menores de edad mayores a los dos años y adultos, la erupción aparece en las rodillas, codos, cuello, manos y pies. En ciertos casos, puede haber apariciones en párpados y genitales. Sin embargo, sea cual sea la población, la picazón intensa siempre estará presente.

Lo mejor que se puede hacer al tener dermatitis es no rascar las heridas. | Foto: Getty Images

Los síntomas son el motivo suficiente para acudir a un centro médico, donde un especialista de la salud realizará los procedimientos pertinentes para dar con la raíz del problema y suministrar el respectivo tratamiento.

El diagnóstico se basa en dos elementos: La forma como luce la piel, y los antecedentes personales y familiares. Además, se llevará a cabo pruebas cutáneas para alergias, las cuales determinarán si efectivamente se trata de una dermatitis atópica u otra condición alérgica.

Por último y con la información suficiente, se empezará el tratamiento. Al ser un trastorno cutáneo que depende de la gravedad de las erupciones, el procedimiento puede ser desde el cuidado en casa con medicamentos y cremas, hasta hospitalizaciones.