El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo humano y para su bienestar una persona debe mantener buenos hábitos alimenticios. De lo contrario, puede aparecer una enfermedad como el hígado graso.
“La enfermedad por hígado graso es una afección en la que se acumula grasa en el hígado. Hay dos tipos principales: Enfermedad del hígado graso no alcohólico. Enfermedad del hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica”, explica la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, Medline Plus.
“Como su nombre lo indica, la enfermedad del hígado graso por alcohol se debe al alto consumo de alcohol. Su hígado descompone la mayor parte del alcohol que bebe para que sea eliminado del cuerpo, pero el proceso de descomposición puede generar sustancias dañinas. Estas sustancias pueden dañar las células del hígado, provocar inflamación y debilitar las defensas naturales del cuerpo. Cuanto más alcohol usted bebe, más daña su hígado”, agrega la entidad.
Algunas personas desconocen los síntomas de una afección como la del hígado graso, incluso, la suelen confundir con otras enfermedades. Por eso, el instituto de investigación Mayo Clinic señala los principales signos del hígado graso:
- Hinchazón abdominal (ascitis).
- Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel.
- Bazo agrandado.
- Palmas rojas.
- Color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia).
Una vez los síntomas sean identificados, lo primero que debe hacer una persona que sufra de hígado graso es acudir con un profesional de la salud.
Cómo tratar el hígado graso
El portal de salud, belleza y cuidado personal Mejor con Salud brinda algunas recomendaciones para los pacientes que han sido diagnosticados con dicho padecimiento. Antes de seguirlas se recomienda contar con la aprobación del profesional de la salud que le está haciendo seguimiento a la enfermedad.
- Evitar la ingesta de azúcares simples, carbohidratos refinados, productos ultraprocesados y cargados de grasa.
- La idea es evitar todos los alimentos fritos y optar por otro tipo de preparaciones como cocinadas, al vapor, al horno o a la plancha.
- Para sustituir los fritos y las grasas nocivas se recomienda ingerir alimentos que contengan grasas saludables (omega-3) como el aguacate y pescados como el salmón, la caballa y el atún. Para determinar las cantidades propicias para cada paciente, lo mejor es consultar con el médico que está tratando dicho padecimiento.
- Se recomienda restringir el consumo de bebidas gaseosas y jugos industrializados.
- Incluso se debe evitar el consumo de jugos de fruta natural, ya que al procesar o licuar la fruta se le quita toda su fibra y solo se concentra el azúcar de la misma que aunque es natura; en grandes cantidades es nociva para la salud y más cuando se le añade azúcar.
- Es usual que los pacientes diagnosticados con dicha patología consuman suplementos de vitamina E; sin embargo, este debe ser aprobado o recetado por el profesional de la salud que le está dando manejo a la enfermedad.
Otras afecciones: cirrosis hepática
La cirrosis es una enfermedad que se da por la destrucción de las células hepáticas y afecta directamente al hígado. Al tener esta afección es necesario controlarla y tener el cuidado adecuado para prevenir el aumento acelerado de tejido fibroso en ese órgano.
Las personas que tienen cirrosis suelen experimentar síntomas como dolor abdominal, fatiga, problemas de atención, estrés, pérdida de peso, picazón en la piel, etc. Por eso, es necesario realizarse chequeos médicos constantemente.
Entre las causas más comunes por las que se da esta enfermedad se encuentra la infección por hepatitis B o hepatitis C y el alcoholismo. Existen diagnósticos que muestran el aumento del tamaño del hígado en el abdomen, sin embargo, muchas veces las personas que tienen cirrosis no nota ningún cambio y eso, compromete al flujo sanguíneo haciendo que haya congestión en otros órganos como el bazo.