Esta es la propuesta educativa de la Universidad Católica para frenar la pobreza en Colombia

Con el propósito de contribuir a frenar la pobreza, uno de los grandes problemas sociales en Colombia, la Universidad Católica de Colombia lidera una estrategia integral de responsabilidad social que incluye la implementación de programas en los que participa de manera colaborativa la comunidad.

Francisco Gómez Ortiz, rector de la institución, precisa que mediante estos programas se identifican grupos de gestores y beneficiarios de las actividades que lideran. “Para nosotros es fundamental que sea un trabajo centrado en la persona, pues este es nuestro sello identitario”, dijo.

A través de las facultades de Ciencias Económicas y Administrativas, Derecho, Diseño, Ingeniería y Psicología; la Universidad Católica de Colombia está presente en zonas de Bogotá como Yomasa, en la localidad de Usme, y San Isidro Patios, en Chapinero. En ellas lidera procesos de docencia, investigación e innovación para intervenir de manera interdisciplinar en cuatro dimensiones: acceso a la justicia, dinámica familiar, habitabilidad y generación de ingresos sostenibles y consumo responsable.

“En los territorios hemos encontrado desconocimiento sobre los derechos y deberes ciudadanos y la falta de herramientas para resolver problemas de carácter legal o situaciones de violencia que deterioran la dignidad humana, por lo que aquí el trabajo legal y psicológico ha sido fundamental”, agregó Gómez.

Por eso la Universidad Católica de Colombia implementó un consultorio jurídico itinerante, que cuenta con 24 satélites en la ciudad de Bogotá, que apoya a 70.172 personas. Por su parte, la Unidad de Servicios Psicológicos ofrece asesoría integral y ha atendido a 3.059 personas.

De igual forma, los centros de investigación de la universidad han implementado más de 170 actividades investigativas y 95 productos de desarrollo tecnológico que contribuyen al desarrollo social. Se destacan la creación del prototipo de estimulación cognitiva para niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, la formulación y evaluación de la gestión de proyectos de hábitat y territorio, y el desarrollo de productos de limpieza con materiales cotidianos y biodegradables, que benefició a diez familias.

“Este trabajo, y otros relacionados a nuestras responsabilidades sociales, los hemos evaluado a través de un sistema de medición de impacto que construimos con otras 19 instituciones de Europa y de América Latina. Esto tiene un gran valor para nosotros porque nos permite reconocer de qué manera estamos contribuyendo a una mejor calidad de vida de las personas”, dijo Gómez.

Otra de las iniciativas que se destacan es la implementación del proyecto de agricultura urbana vertical, el cual fue financiado por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) y aporta alternativas de mejora para la seguridad alimentaria y la generación de ingresos que contribuyen a la calidad de vida de 15 familias.

*Contenido elaborado con apoyo de la Universidad Católica de Colombia

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