Especial Eje Cafetero
Asombrosamente biodiverso. Estos son los tesoros naturales del Quindío
Alberto Gómez Mejía, fundador y presidente del Jardín Botánico del Quindío, detalla la variedad de especies que habitan en el departamento. Una riqueza única que la mayoría de colombianos desconoce.
Desde hace varios decenios Colombia es reconocida como uno de los diez países más megadiversos del planeta. En casi todos los grupos bióticos está en los cinco primeros lugares en número de especies y ocupa, por ejemplo, el primer puesto en aves, mariposas y murciélagos. Las razones de estas características excepcionales, según los científicos, tienen que ver con su localización en la zona intertropical, la pertenencia simultánea a las regiones Caribe, Amazónica, Andina y Pacífica; su pasado geológico, régimen climático y la presencia relativamente reciente de seres humanos en su territorio.
En el artículo Distribución de la riqueza de la biodiversidad en los trópicos, publicado en la revista Avance de las ciencias, a cargo de seis investigadores liderados por el doctor Peter Raven, se hace un análisis comparativo de la diversidad biológica que existe en las zonas tropicales de América, África y Asia, los hábitats biológicamente más ricos de la Tierra.
En América Latina (desde el sur de México hasta Argentina, incluidas las Indias occidentales) con algo más de 19 millones de kilómetros cuadrados, hay casi 120.000 especies de plantas. Mientras que en el África tropical, al sur del Sahara (incluida Madagascar), con algo más de 22 millones de kilómetros cuadrados, no llega a 57.000 especies. Si se excluyera Madagascar, el África tropical quedaría con 30.000 especies de plantas, las mismas que tiene Colombia, que es 17 veces más pequeña. Sin embargo, los niños colombianos hablan de jirafas y baobabs, pero no de paujiles y chachafrutos.
Esta diversidad biológica del país contrasta brutalmente con la devastación ecológica. Reportes recientes indican que cada año se talan cerca de 175.000 hectáreas de bosques silvestres, lo que equivale a la desaparición de una hectárea de selva nativa cada tres minutos, día y noche. Es una catástrofe ecológica de enormes dimensiones, no solo en términos de disminución de la diversidad en la flora nativa, sino por las alteraciones ecosistémicas en los hábitats de la fauna silvestre, por las perturbaciones ecológicas que inciden sobre los suelos, los ciclos del agua y las condiciones climáticas locales y por la eliminación de los paisajes silvestres, por no mencionar la pérdida de oportunidades en términos socioecológicos y socioeconómicos.
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Hace algunos años, el profesor Thomas van der Hammen hizo una expedición desde Ibagué hasta Buenaventura, y como resultado de lo que encontró publicó una serie de libros que evidencian la ignorancia colectiva sobre el país. Una observación más interesante se refería al siguiente fenómeno: las aguas del océano Pacífico se evaporan por acción del sol, penetran en forma de nubes al territorio continental, cruzan la cordillera Occidental, que no es muy alta, se topan con la cordillera Andes de Quindío (que algunos llaman impropiamente cordillera Central) y se precipitan sobre estas tierras fértiles.
Para el doctor Van der Hammen la diferencia de precipitación pluvial en lo que hoy es el Tolima en relación con el Quindío –aquí es más del doble que allá– era la razón principal de una mayor diversidad biológica en esta vertiente occidental que en la oriental; no obstante que compartían la misma historia geológica y similares procesos de formación de suelos a partir de cenizas volcánicas.
Por estas razones, el departamento del Quindío es una región asombrosamente biodiversa: con solo 1.931 kilómetros cuadrados, que representan el 0,16 por ciento del territorio continental de Colombia, alberga una sorprendente variedad de especies de flora, fauna, hongos y otros organismos biológicos.
Propósito nacional
En muchísimos países del mundo se les enseña a los niños su entorno natural, la biología y la ecología locales. En Colombia, el país megadiverso, no. Alguien dijo que la primera ley de la ecología es saber dónde se está parado. En Colombia y en el Quindío solo una minoría está enterada. Si el sistema educativo incluyera una cátedra de ‘Socioecología del Quindío’, como lo ha propuesto el Jardín Botánico del Quindío, se incrementarían asombrosamente las posibilidades de mejoramiento ecológico y económico de la región. El mismo esquema se podría replicar para toda Colombia. El proyecto educativo está elaborado y solo requiere financiación para producir los materiales.
El principio es simple: en las relaciones personales uno primero conoce, después quiere y luego protege. Con la naturaleza es igual. Si el propósito es que los colombianos protejan la naturaleza de uno de los países más diversos biológica y ecológicamente del planeta, la gente tiene que conocerla primero. Y para conocerla, el sistema educativo debe facilitar las cosas. Están todos invitados a este propósito nacional. La educación conduce al conocimiento, el conocimiento conduce al amor y el amor a la preservación de la vida.
Riqueza natural
- Colombia es el primer país en diversidad de aves del mundo con 1.954 especies; en el Quindío los ornitólogos han identificado 591. Esto significa que en un espacio que no llega al 1 por ciento del país, están más del 30 por ciento de las especies de aves.
- Con 30.000 especies de plantas, Colombia ocupa el segundo lugar en diversidad de flora, después de Brasil. El cálculo de los botánicos es que 3.000 especies están presentes en lo que queda de los bosques nativos del Quindío.
- Con 265 especies, Colombia ocupa el tercer lugar en el planeta en diversidad de palmas, después de Malasia y Brasil. En el Quindío los expertos han encontrado 23 especies de palmas nativas.
- Fundador y presidente de la junta directiva del Jardín Botánico del Quindío. Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Universidad del Quindío.
Fundador y presidente de la junta directiva del Jardín Botánico del Quindío. Doctor Honoris Causa en Ciencias de la Universidad del Quindío.