Especial Desafíos de la Salud
El problema no es solo el número de especialistas: director de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina sobre el déficit en zonas rurales
Colombia cuenta con más de 130.000 médicos, de los cuales 31.000 son especialistas. En las últimas dos décadas hubo un crecimiento del 125 por ciento en la titulación de estos profesionales. Sin embargo, para atraer y retener ese talento en las zonas alejadas se necesitan mejores condiciones profesionales.
En el debate de la reforma a la salud es necesario hablar sobre la suficiencia del talento humano en el sector. El país se cuestiona si tiene o no el personal cualificado y suficiente para implementar la reforma y superar las dificultades históricas del actual sistema. Uno de los temas recurrentes es la falta de oportunidad para acceder a consultas y servicios médicos especializados, un problema que de manera rápida y simplista se le atribuye a la escasez de médicos especialistas. Sin embargo, este fenómeno es el resultado de múltiples obstáculos que solo se pueden superar si se hacen intervenciones que van más allá de aumentar el número de médicos disponibles.
Colombia cuenta con más de 130.000 médicos, de los cuales 31.000 son especialistas. En las últimas dos décadas tuvimos un crecimiento del 125 por ciento en la titulación de especialistas, al pasar de 800 en 2001 a 1.800 en 2021. Ese incremento obedece al fortalecimiento de la oferta de programas de especialización médico-quirúrgica, que hoy suman más de 500 en el país. En materia de especialidades básicas, que son la base para prestar servicios y garantizar la formación a nuevos especialistas, contamos con 5.244 internistas, 4.988 pediatras, 3.655 ginecólogos y 2.528 cirujanos generales.
Pero el tema debe ir más allá. Debido a las características sociodemográficas y epidemiológicas de nuestra población, así como la evolución del sistema de salud, urge ampliar el número de psiquiatras, médicos familiares y especialistas en áreas oncológicas, entre otras. Aún así, debe existir un modelo de atención primario con el que se eviten las complicaciones de salud, las demoras y las derivaciones a servicios de mayor complejidad y especialización. En conclusión, resulta indispensable racionalizar la demanda de servicios especializados. Hoy es altamente ineficiente que un pediatra atienda consultas de crecimiento y desarrollo; que un internista realice el control de pacientes crónicos que pueden ser atendidos por personal no especializado, o que un ginecólogo practique cesáreas cuando no es lo indicado.
Problemas urgentes
La concentración de médicos especialistas en las ciudades y su baja disponibilidad en los territorios rurales y apartados es una situación que solo puede cambiar con mejores condiciones profesionales, familiares y personales para los médicos. Esa es la clave para atraer y retener ese talento.
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En cuanto a la oferta educativa, las facultades de medicina han expresado su voluntad y compromiso de abrir nuevos programas de especialización y ampliar los cupos. Sin embargo, para lograr ese objetivo se requiere que las universidades tengan más docentes (médicos especialistas), disponer de recursos tecnológicos y pedagógicos, contar con escenarios de práctica (IPS) y, finalmente, someterse al proceso de registro calificado. Adicionalmente, es necesaria la orientación de las autoridades para determinar cuál es la prioridad, para cuántos cupos alcanzan los recursos del sistema de residencias médicas y cómo las IPS públicas y privadas apoyarán este proceso.
*Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (Ascofame)