Opinión
Las mujeres no están llegando a cargos directivos en las firmas de abogados en Colombia. Estas serían las razones
A pesar de que existe paridad en la educación desde hace décadas, esta no se refleja en el cargo de socios de las firmas de abogados. Urge implementar estrategias de equidad y diversidad, crear redes de apoyo entre abogados y que los clientes continúen exigiendo requisitos mínimos de equidad en sus asesorías.
No es un secreto que en distintas profesiones la mujer tiene una representación minoritaria en los altos cargos. Es el caso de la profesión legal, específicamente en las firmas de abogados donde los títulos de socio lo ostentan, en su mayoría, hombres.
La Asociación Nacional de Posicionamiento del Derecho de los Estados Unidos – National Association of Law Placement – desde el año 2009 realiza reportes periódicos con el fin de analizar el progreso y evolución de la representación de las mujeres en las firmas de abogados. En el reporte del año 2020, se evidencia que desde el año 1993 existe una continua y creciente representación de las mujeres socias en las firmas, que para el año 2020 reflejó el 25,05 por ciento de los abogados que ostentan la posición de socios en Estados Unidos.
Por su parte, en España, según un estudio realizado en el año 2019 por el diario Cinco Días a las 36 principales firmas de abogados, de cada 10 socios, 2 son mujeres.
En Colombia, de acuerdo con cifras de la Cámara de Servicios Legales de Andi, se evidencia que para el año 2018 la participación de mujeres socias en las firmas de abogados correspondía al 24 por ciento de los abogados que ostentan esta posición.
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A nivel mundial, la representación de la mujer en el cargo de socio en las firmas de abogados es muy baja, y a pesar de que la representación ha ido aumentando año tras año, según proyecciones de Law.Com, (antes American Lawyer), la paridad de género en las firmas de abogados se logrará en el año 2181.
En Estados Unidos, las mujeres ingresaron a estudiar derecho en las universidades de manera masiva en la década de los años setenta, en plena guerra de Vietnam. Las universidades se vieron forzadas a aceptar más mujeres en las facultades de derecho porque los hombres estaban en la guerra, pasando de representar el 4 por ciento de los estudiantes a ser más del 40 por ciento. La entrada masiva de mujeres a la profesión legal fue el inicio de una carrera completamente masculinizada, siendo una de las profesiones que más tarde les abrió las puertas a las mujeres.
Para el año 1988, las cifras arrojaban una representación de las mujeres abogadas en los cargos de asociadas del 25 por ciento, mientras las abogadas en cargos de socias llegaban al 6 por ciento, con una tasa de crecimiento en rango de socias del 1 por ciento anual.
La representación de las mujeres en el rango de socias ha sido una variable analizada desde el inicio de la profesión legal de la mujer y aunque se creyó que el crecimiento era del 1 por ciento anual, lo cierto es que si este crecimiento se hubiese mantenido hoy en día las mujeres representarían casi el 40 por ciento de los socios en Estados Unidos, cuando en realidad se está en la mitad de esta cifra.
Para el caso colombiano, la evolución y desarrollo de la mujer en la profesión legal no ha sido documentada de la misma manera. Mucho menos se ha observado a través de los años cuál ha sido su representación en el cargo de socias en las firmas de abogados.
En el año 1931 ingresó por primera vez una mujer a estudiar derecho en la Universidad Nacional y hoy en día “las mujeres suelen ser mayoría en las facultades de derecho”, afirmó Adriana Zapata, en su momento decana de la Universidad Externado de Colombia.
Los datos del Consejo Superior de la Judicatura muestran que entre 1970 y 1975 se inscribieron como abogados un total de 13.062 personas, de los cuales el 10.79 por ciento eran mujeres. A partir del año 1975 hasta 1991, el crecimiento de la representación de la mujer fue prácticamente constante, llegando a representar más del 50 por ciento del total de los abogados inscritos. Desde 1991 hasta hoy, entre el 52 y 54 por ciento de los abogados inscritos año tras año en el Consejo Superior de la Judicatura son mujeres.
No hay duda que en las facultades de derecho se alcanzó la paridad de género desde los años 90. Sin embargo, a pesar de que existe paridad en la educación desde hace décadas, esta no se refleja en el cargo de socios de firmas de abogados en Colombia.
El fenómeno de las firmas es el siguiente: en los primeros años de ejercicio de la profesión, existía una representación equitativa entre abogados y abogadas. Sin embargo, a medida que se avanza en los niveles en el plan de carrera, hay una tendencia a tener cada vez menos representación de mujeres abogadas.
La Directora Ejecutiva de la Cámara de Servicios Legales, Claudia Amore, señaló en una entrevista al Diario La República que “(…) de los 1.400 abogados afiliados a la Cámara, 55 por ciento son mujeres, lo que demuestra una participación femenina preponderante; sin embargo, a medida que sube en los niveles de las firmas; disminuye el porcentaje, hasta llegar al nivel de los socios”.
Las mujeres no estamos llegando a sentarnos en los niveles directivos de las firmas y es obvio que no es por falta de mujeres, los números no mienten. ¿Esperaremos más de un siglo para tener un aumento significativo de mujeres socias en las firmas de abogados? Espero que no sea nuestro caso, está en manos de todos acelerar el proceso y que logremos dar ese salto a nivel directivo.
Empecemos con las siguientes acciones: que las firmas implementen estrategias de equidad y diversidad en su interior, se creen redes de apoyo entre abogados con esta finalidad, que los clientes continúen exigiendo a las firmas requisitos mínimos de equidad en sus asesorías y que los directorios o rankings hagan un esfuerzo adicional para darle visibilidad a más mujeres en la industria.
Espero poder ver por lo menos un crecimiento de cinco puntos porcentuales en lo que me resta de vida laboral.
*Socia de DLA Piper Martínez Beltrán Abogados