Política
Alcalde de Cúcuta espera que reapertura de frontera con Venezuela: “ponga fin a las trochas ilegales”
El mandatario de la capital de Norte de Santander hizo un llamado al ELN para que deje las armas.
El alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, en diálogo con SEMANA, afirmó que espera que la reapertura de la frontera de Colombia con Venezuela permita acabar definitivamente con las trochas ilegales, pasos no permitidos que han sido utilizados por organizaciones criminales para disputar el contrabando.
Yáñez manifestó que la reapertura de la zona de frontera traerá como consecuencia que se registren indicadores al alza en materia de crecimiento económico en la región de Norte de Santander por la habilitación del paso de camiones de carga.
El mandatario local agregó: “El enemigo común se llama el narcotráfico, que complementaba también la actividad de estas trochas, que es donde tenemos que apretar, donde debemos ser muy coherentes con el vecino país, con la Guardia Venezolana y con la gobernación del Estado Táchira entender que la frontera cuenta con más de dos mil kilómetros que son permeables”.
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De la misma manera, Yáñez indicó que se debe articular un trabajo con las diferentes autoridades nacionales y del vecino país que, según él, agilizará la reactivación económica en Cúcuta y Norte de Santander.
“El ejercicio que está haciendo el presidente Gustavo Petro de plantear alternativas de inversión, necesitamos invertir en vías secundarias, terciarias, en vivienda, saneamiento básico, agua potable y naturalmente en una propuesta que estamos construyendo desde Cúcuta que se llama los centros de emprendimiento campesino”, detalló el alcalde.
Y sobre el ELN, que hace presencia en zona de trocha ilegal, indicó: “El conflicto armado no tiene sentido, Colombia le ha ofertado, en medio del proceso de paz, una opción para que las personas que pensaron que las armas eran la alternativa para buscar la libertad, hoy les demostramos que están equivocados, mi llamado a los alzados en armas es que piensen en sus familias y dejen la actividad ilegal”.
Alcances de la reapertura de frontera
Retomar la tracción en la movilidad de personas, superar las tensiones del pasado, pero, sobre todo, garantizar negocios entre los dos países no será una tarea fácil. De hecho, hay más dudas que certezas. Hace unos días el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, se pronunció en el sentido de un acuerdo con Venezuela para la reanudación del paso de carga hacia los dos países. Sin embargo, para el sector no hay claridad absoluta de cómo funcionará en la práctica.
El Ministerio aseguró que, aunque los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander que unen a Cúcuta con el estado Táchira operarán entre las 7:00 p. m. y las 6:00 a. m., “temporalmente, los camiones llegarán a un punto del otro país y harán el traslado de la carga a camiones nacionales, mientras se hacen los protocolos y se normaliza la situación gradualmente”.
Eso implica retos operativos que desatarían sobrecostos, mientras que los dos países acuerdan los temas aduaneros y de sanidad, tal como lo solicitó Venezuela. Pero esa es la carga más liviana; para un amplio sector de transportadores no existen condiciones idóneas ni de rentabilidad ni de seguridad para llevar mercancías al vecino país.
De hecho, no existe garantía plena de que un camión que viaja cargado desde Colombia tenga qué traer desde Venezuela, ni mucho menos que lo haga de forma totalmente segura para el conductor y la mercancía.
“Todo lo que tiene que ver con la provisión de carga, de combustible, el tema de seguridad sobre las vías, cómo va a ser el aforo, las aduanas, todo eso es fundamental, porque no hay absolutamente nada; esperamos que en el transcurso del año se vayan normalizando las operaciones”, indicó Anderson Quiceno, CEO de la Asociación de Transportadores de Carga (ATC), que agrupa a cerca de ocho mil tractomulas y camiones.
Por su parte, Colfecar aplaude la reanudación de transporte de carga, pero recuerda cuellos de botella. Uno, el transporte internacional se rige por las normas de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), de la cual Venezuela ya no hace parte; dos, la presencia de grupos armados ilegales que se aprovechan del paso de los camiones en las cercanías de las denominadas trochas, por donde circulan el contrabando y los migrantes irregulares. Y tres: está en juego un gigantesco mercado, combustibles, aceites minerales, materias plásticas, manufacturas, papel, cartón y productos farmacéuticos.
De acuerdo, con los cálculos de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana, la balanza comercial entre los dos países podría oscilar entre 800 y 1.200 millones de dólares al cierre de 2022, gran parte de los cuales están relacionados con el sector de carga.
Para algunos es prioridad aclarar el marco jurídico en el que se reactivará el comercio, porque, como lo mencionó Colfecar, Venezuela se retiró de la CAN. Se tendrá que definir si se hace un acuerdo de alcance parcial, en el marco de la Aladi o se habilitan otros mecanismos. Recién llegó a la cartera de Comercio, Industria y Turismo, el ministro Germán Umaña señaló que los dos países pertenecen a la Organización Mundial de Comercio (OMC), “y nos tenemos que dar tratamiento de nación más favorecida en ese marco”, dijo finalmente en una entrevista a SEMANA en esa oportunidad.