La alergia alimentaria es una situación que experimenta el organismo cuando no ingiere bien un alimento, detectándolo como una amenaza. Aquí le contamos cuáles son los síntomas, cómo tratarla y no confundirla con otras condiciones.

En primer lugar, el portal Neumours Kids Health explica que una alergia alimentaria ocurre cuando el organismo interpreta que un alimento es un agente infeccioso invasor. Por lo tanto, lleva a cabo una serie de acciones para impedir que el cuerpo lo absorba. La consecuencia es la presencia de alergias.

Adicionalmente, la entidad médica Mayo Clinic advierte que el cuerpo reacciona de manera exagerada, a tal punto de considerar el alimento como una amenaza, así sea una porción pequeña. Cabe mencionar que hay casos en los que los efectos pueden presentarse por el olor, no necesariamente al ingerir.

Huevos, uno de los alimentos responsables de la alergia alimentaria. | Foto: Getty images

Esta condición no se presenta con todos los alimentos, es relativo. Sin embargo, los frecuentes son: huevos, leche, cacahuates, mariscos, nueces de árbol, soja, pescado y trigo.

¿Por qué ocurre eso? Por un lado, el sistema inmunitario libera un anticuerpo llamado inmunoglobulina E, el cual se encarga de neutralizar el alimento y le indican al organismo donde se ubica para que libere una sustancia denominada histamina. El resultado es que la persona empezará a experimentar los síntomas de alergia, tales como picazón, hinchazón, urticaria y dificultad para respirar.

Dada la similitud de los síntomas, se puede confundir con la intolerancia alimentaria, una condición diferente. Neumours Kids Heatlh señala que esta situación se presenta cuando un organismo no digiere correctamente un alimento, lo cual genera una irritación en el sistema digestivo, desencadenando los siguientes síntomas: náuseas, gases, retorcijones, dolor abdominal, diarrea, irritabilidad y dolor de cabeza.

Al igual que la alergia, hay alimentos a los que constantemente se les atribuye esta condición. La lactosa es el más frecuente. Mayo Clinic explica que el azúcar presente en su composición desequilibra al organismo.

Otras condiciones con las que la alergia alimentaria se confunde son: síndrome de colon irritable, enfermedad celíaca e intoxicación alimentaria. ¿Cuál es la diferencia con estas? Al igual que la intolerancia, los síntomas se parecen, pero en realidad responden a otras razones.

La enfermedad celíaca solo ocurre al ingerir gluten. A diferencia de la alergia alimentaria, que se presenta con varios alimentos. | Foto: Yuuki Kondo

Por un lado, el síndrome de colon irritable es una afección que causa diarrea frecuentemente, estreñimiento, distensión abdominal y gastroenteritis. La enfermedad celíaca es una complicación exclusiva del consumo de gluten y la intoxicación es generada por bacterias inmersas en la comida. Entonces, lo que las distingue con la alergia es que no generan ronchas o efectos al exterior del cuerpo.

Para saber a ciencia cierta si se trata de una alergia, el centro médico recomienda acudir donde un alergólogo, quien estará encargado de revisar los antecedentes médicos para dar con la raíz del problema. Además, tomará los siguientes exámenes:

  • Prueba de sangre: el alergólogo la emplea para medir los niveles de inmunoglobulina E. El resultado será negativo o positivo, aunque no es la forma completamente fidedigna para dar con la alergia, sino que se realiza para descartar otras condiciones.
  • Diario alimentario: funciona para tener un registro de las últimas comidas, para luego realizar la prueba cutánea.
La alergia alimentaria se reflejará al exterior del cuerpo con manchas, ronchas y granos incómodos que generarán picazón. | Foto: Getty Images
  • Dieta de eliminación: más que un examen, es un plan posterior. Se trata de excluir los presuntos alérgenos alimentarios de la dieta según las instrucciones del profesional de atención médica durante algunas semanas. Luego, se vuelve a incluir a la dieta para ver si los síntomas reaparecen.
  • Desafío alimentario oral: e esta prueba, se le administran cantidades pequeñas, que se aumentan de forma progresiva, del presunto alimento. El profesional de atención médica lo observa para ver si ocurre una reacción. Solo la reacción a los alimentos presuntos confirma el diagnóstico de una alergia. Si no tiene reacciones, podrá volver a incluir ese alimento en su dieta.