Proteínas
Insectos y proteínas alternativas, el futuro de la industria gastronómica en el mundo
Según una encuesta realizada por el GEA, la proporción de comidas preparadas con proteínas alternativas alcanzará entre el 26% y el 50% para el 2040.
Uno de los insumos que más ha tomado fuerza en la industria culinaria son las proteínas alternativas. Se trata de productos como insectos, algas, microalgas, nuevas especies vegetales, hongos y carne cultivada, que están revolucionado el negocio de los restaurantes a nivel global.
La tendencia a reducir el impacto ambiental es una realidad. En este sentido, cada vez son más los cocineros que se han vinculado al uso de este tipo de alimentos para tener un desarrollo sostenible en sus negocios y velar por la protección del medioambiente.
Este cambio global de mentalidad, vinculado al crecimiento sostenible, está transformado al sector de la alimentación y, por defecto, a los consumidores. De hecho, una encuesta realizada a unos 1.000 chefs de 11 países por parte del GEA, un proveedor de tecnología para procesado de alimentos, reveló que la confianza de los cocineros en las proteínas alternativas es bastante alta.
El 43% de los cocineros encuestados señaló que la proporción de comidas preparadas con proteínas alternativas alcanzará entre el 26% y el 50% para 2040.
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El sondeo añadió que el 40% de los dueños de restaurantes experimentaron un aumento en la demanda de proteínas de origen vegetal. Además, el 95% de los participantes en la encuesta creen que en los próximos diez años sus clientes pedirán cada vez más estas proteínas alternas.
“Las proteínas alternativas prometen ayudar a alimentar a una población creciente utilizando menos recursos. Como tales, pueden desempeñar un papel esencial para hacer que nuestro sistema alimentario sea más sostenible y fiable”, dijo Stefan Klebert, director ejecutivo de GEA.
En este plano, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) instó a que se incremente la ingesta de proteínas de origen vegetal -y a reducir el consumo de carne animal- con el fin de combatir el cambio climático. Dicha recomendación surgió tras concluir que el crecimiento de la población y el deterioro medioambiental son los principales desafíos que enfrentan los sistemas alimentarios actuales.
Algunas de las proteínas alternativas más reconocidas y de fácil consumo en el mundo son las de origen vegetal como la soja, las legumbres, los cereales, los frutos secos y las setas. También están los insectos como los gusanos, las hormigas y los saltamontes, entre muchos otros.
Se calcula que en el mundo hay más de 5,5 millones de especies de insectos. Cerca de 2.000 tipos diferentes de ellos se consumen actualmente en, al menos, 113 países especialmente en África, Sur América y el Sureste Asiático.
En Asia, el picudo rojo de la palmera (una especie de escarabajo) se encuentra entre los más populares y se considera un apreciado manjar en un gran número de países. En la República Democrática del Congo, el pueblo Ngandu se nutre de orugas durante los meses de lluvia. En Europa y América del Norte, cada vez más personas están comenzando a almacenar estos productos ricos en proteínas en sus estantes. La Unión Europea también está tomando medidas para estandarizar los insectos como fuente de alimento definiendo reglamentos de inocuidad que permitan su venta para el consumo humano, subrayó la FAO.
Cabe destacar que los insectos comestibles tienen un alto valor nutricional, pues contienen grasas, proteínas y fibras beneficiosas para el cuerpo. Además, y según el insecto, pueden ser una buena fuente de micronutrientes, como zinc, hierro y calcio.