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El plan de Barranquilla para ser la primera ‘biodiverciudad’ de Colombia
Este contempla el uso de la energía solar, la siembra de árboles, la recuperación de los ecosistemas y el turismo sostenible. Pensando en ‘verde’ continúa la transformación de La Arenosa.
Barranquilla asume una apuesta sin precedentes en su historia: quiere convertirse en la primera ‘biodiverciudad’ de Colombia. Para conseguirlo, trabaja en la recuperación de los cuerpos de agua, la creación de zonas verdes, la incorporación de nuevas tecnologías de energía renovable e impulsa el reciclaje en barrios y grupos poblacionales para mejorar la huella ambiental. Con todas estas estrategias respetuosas con el medioambiente y sus recursos naturales, la capital del Atlántico mejorará la vida de sus habitantes y se convertirá en un símbolo de sostenibilidad en el país.
La prioridad ambiental se suma a la sólida propuesta de transformación urbana y social de los últimos 12 años. El Distrito no parte desde cero, los notables avances de Barranquilla han sido reconocidos por diversas instituciones y autoridades de todo el mundo. Fue incluida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Fundación Arbor Day entre las 59 ciudades más arborizadas del mundo, gracias a la siembra de 250.000 árboles y a la generación de zonas verdes en los bulevares. También ha impulsado la expansión de los bosques urbanos secos. Hoy tiene cinco de ellos en 16 hectáreas destinadas al desarrollo de 15.714 árboles.
En su registro de logros medioambientales está la recuperación de 220 parques, que dejaron de ser lugares abandonados para convertirse en espacios de disfrute colectivo; y la canalización de 66 kilómetros de arroyos, que le ha permitido despedirse de los ‘ríos urbanos’, responsables de grandes pérdidas económicas y humanas.
Capital solar
El Plan de Desarrollo 2020-2023 ‘Soy Barranquilla’ propone la producción y la implementación de energías renovables para reducir así 23.000 toneladas de CO2 cada año. La ciudad ya ha dado los primeros pasos para constituir esta nueva empresa que, en principio, asumirá el consumo de 300 entidades públicas. Su plan comienza con el uso de la energía solar y posteriormente implementará la eólica.
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La ubicación geográfica de La Arenosa le brinda entre seis y siete horas de sol al día, le asegura las condiciones ideales para intentar este salto ambiental y le permite soñar con los objetivos que se ha propuesto su alcalde, Jaime Pumarejo Heins, “queremos sostenibilidad y trabajar por la conservación del planeta. Hoy Barranquilla les dice a nuestro país y al mundo que vamos a convertirnos en la capital energética de Colombia a través de la energía solar”.
Revivir el tesoro mágico
Durante décadas, la ciénaga de Mallorquín se sumergió en el lodo del olvido. La creciente contaminación ha deteriorado su naturaleza, la economía, la salud y las condiciones de vida de las comunidades vecinas. La apuesta de ‘biodiverciudad’ lo transformará en un polo de protección del medioambiente y del turismo sostenible.
Este proyecto de recuperación cubre un área de 980 hectáreas, que abarca toda la ciénaga, una parte del tajamar occidental de Bocas de Ceniza, la playa denominada Puerto Mocho, el corregimiento de La Playa y el barrio Las Flores. En agosto, la primera siembra de manglares marcó el inicio del redescubrimiento de esta magia escondida entre el mar Caribe y el río Magdalena.
La iniciativa también incluye la recuperación ambiental del cuerpo de agua, un ecoparque con senderos ecológicos, miradores palafíticos y una zona habilitada para deportes náuticos y ciclovías. Las aguas residuales que hoy llegan a la ciénaga se desviarán hacia una planta de tratamiento. Así mismo, se implementará un sistema de vigilancia y conservación de manglares, los cuales están en alto riesgo de desaparición por la tala indebida.
De caños a canales
Barranquilla se formó al pie del sistema de caños que se conectan con el río Magdalena, pero la navegación marítima y el transporte por carretera los fueron relegando hasta convertirlos en basureros públicos y asentamientos de invasión. Los nuevos proyectos esperan saldar esa vieja deuda con sus ciudadanos. Su recuperación integral les permitirá a los habitantes de las riberas tener mejores condiciones de vida.
Son en total seis caños con una extensión de 11 kilómetros. Después de los trabajos de mejoría se restaurará su ambiente natural, se mejorará la navegabilidad, podrán ser usados para las actividades cotidianas, contarán con equipamiento urbano y así se promoverá también el desarrollo turístico. Todas estas obras se articularán con los macroproyectos de la Avenida del Río y el Gran Malecón, la intervención de mercados y la recuperación del centro histórico, que adelanta la la Alcaldía.