Especial Desafíos de la salud
“La reforma no puede poner en riesgo la entrega de medicamentos”: Asociación de Laboratorios Farmacéuticos
María Clara Escobar, presidenta ejecutiva del gremio, reflexiona sobre los vacíos del proyecto de reforma a la salud. La autonomía médica y la entrega de medicinas, especialmente a poblaciones vulnerables, podrían verse afectadas.
La reforma a la salud que presentó el Gobierno al Congreso propone también ajustes para los medicamentos. ¿Les preocupan estos cambios?
María Clara Escobar: Nos preocupa un cambio que se traduzca en un retroceso para el acceso efectivo de los pacientes a sus medicamentos y servicios de salud. En los últimos 30 años los colombianos han accedido a medicamentos seguros, eficaces y de calidad, desarrollados por la industria farmacéutica innovadora representada en Afidro. Hoy, en cualquier parte del territorio, sin importar la condición social, económica o geográfica, recibimos los medicamentos de punta que necesitamos para el tratamiento de distintas enfermedades.
¿Esas garantías están en riesgo?
M.C.E.: Definitivamente sí. Por eso, hacemos un llamado para que la propuesta de reforma a la salud no ponga en riesgo la ruta de atención efectiva para los pacientes, y la oportunidad y continuidad en la entrega y dispensación de medicamentos, especialmente en el tratamiento de enfermedades crónicas y en la atención de poblaciones de alto riesgo.
Se ha dicho que el problema son los médicos que no hacen prescripciones adecuadas. ¿Se está atentando contra su autonomía?
M.C.E.: La propuesta deja varias dudas con respecto al rol de los profesionales de la salud y la toma de sus decisiones enfocadas en las necesidades de los pacientes. Vemos con preocupación que se podría estar atentando contra la autonomía médica para prescribir medicamentos innovadores y de vanguardia que atiendan las necesidades de sus pacientes. Desde Afidro, reconocemos el criterio científico de los médicos colombianos al momento de elegir las mejores opciones terapéuticas. Si lo planteado en la reforma pasa, el país podría quedar rezagado en la posibilidad de responder con tratamientos de última generación para combatir los retos permanentes de salud que enfrenta la humanidad. La reforma, a juicio de algunos, podría coaccionar la libre actuación de estos profesionales, pues se sancionaría a los médicos y servidores públicos por presunto interés personal o beneficio a la hora de prescribir medicamentos.
¿Qué otros vacíos han detectado?
M.C.E.: El vacío principal es que no se reconoce la importancia del aseguramiento y la gestión del riesgo en salud presentes en la arquitectura actual del sistema. Hoy, la función de la gestión del riesgo permite asignar de manera eficiente los recursos en el sistema e identificar necesidades en cada hospital y clínica y para cada paciente. La reforma no incluye ni es clara respecto a la manera en la que se daría la coordinación entre la oferta y la demanda de medicamentos. No entendemos quién tendría a cargo la gestión farmacéutica en el nuevo esquema, pues no aparecen los gestores en el proyecto.
Y, con respecto a las facultades extraordinarias del Presidente…
M.C.E.: Ese tipo de medidas pueden significar cambios estructurales en las entidades del sector. Eso, por supuesto, genera una gran incertidumbre. Por ejemplo, se podría dar lugar a una reestructuración del INVIMA, que aunque a todas luces es necesaria, debe ser bajo la referenciación de los estándares internacionales que garanticen la seguridad, la calidad y la eficacia, y no sean guiada por criterios relacionados con el nivel de desarrollo del país.
También se ha hablado de buscar la autonomía sanitaria para el país. ¿Qué tan viable es esa meta?
M.C.E.: Más que hablar de autonomía sanitaria, hablaría de producción local de medicamentos con estándares de calidad. No existe un solo país en el mundo que cuente con soberanía sanitaria, porque a pesar de que la producción local es una intención positiva, que apoyamos como seguramente todo colombiano, debemos tener en cuenta el alcance de lo que queremos, estudiar muy bien el entorno y que lo que se haga sea sostenible y bien planeado. Sin duda tenemos un talento humano muy valioso en nuestro país, así como capacidades de ciencia e innovación, pero estos proyectos deben responder a las necesidades epidemiológicas de la población, ir en sintonía con los proyectos similares que existan en la región, de manera que se complementen y apunten a necesidades de salud distintas, para así evitar duplicidad. También debe ser un proyecto de competitividad armonizado con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Tenemos casos cercanos de plantas construidas en países vecinos como Venezuela, donde no se produjo jamás una sola vacuna. Los aspectos legales y de sostenibilidad financiera son determinantes para un propósito de esta magnitud.
¿Cuál es el llamado desde Afidro al Congreso de la República?
M.C.E.: Los legisladores tienen en sus manos la inmensa responsabilidad de proteger los derechos fundamentales adquiridos por los colombianos y velar por la vida y la salud, evitando brechas que destruyan los grandes avances de Colombia en materia de equidad y cobertura. El reto para el Congreso es asegurar que el marco legal que se apruebe garantice un mejor sistema que el que hoy tenemos.
¿Cómo se puede mejorar la reforma?
M.C.E.: Una reforma debe construirse con consensos que incorporen las distintas miradas, rescatando lo que funciona bien y que los cambios de verdad apunten a una mejora y no a un retroceso. Si el espíritu del proyecto es trabajar en promoción y prevención y llegar a las zonas apartadas del país mejorando el acceso para esta población, no es necesaria una reforma de esta magnitud. La reforma planteada deja abiertos demasiados interrogantes que resultan trascendentales para garantizar la salud de los colombianos. Reitero que la omisión de agentes no permite entender cómo se coordinará la oferta y la demanda de medicamentos, dejaríamos de funcionar con proyecciones y pasaríamos a un gasto en salud por evento.
Si bien es acertado fortalecer la promoción y prevención, existen pacientes, ya diagnosticados y en tratamiento, que no pueden ponerse en riesgo. Somos y seguiremos siendo respetuosos de la política de regulación de precios que rige en nuestro país y que nos lleva a ocupar el cuarto lugar de los precios más bajos en el mundo, definidos por la comparación en una canasta de 17 países de referencia. Hoy, cerca del 80 por ciento de los medicamentos de prescripción que comercializan nuestros afiliados se encuentran bajo el régimen de control de precios, lo cual le impide a la industria realizar ajustes por concepto de devaluación e incluso por inflación, sin que en este último caso medie una autorización previa de la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos.
*Contenido elaborado con apoyo de Afidro